viernes, 25 de noviembre de 2011

Un método peligroso

Dir. David Cronenberg
Act. Michael Fassbender, Viggo Mortensen, Keira Knightley


















Tan guapa como tonta
El método peligroso al que alude el título debe ser el perpetrar películas como éstas para un director de la talla de Cronenberg. El disparate viene de la mano de Keira Knightley, cada vez peor actriz -aquí se sumerje en el ridículo- y cada vez más ubicua en las pantallas.

Sólo el siempre eficaz Fassbender sostiene el entuerto porque el actor fetiche del director trata de dar vida sin conseguirlo a un momificado Doctor Freud.

Lástima de música a cargo del brillante Howard Shore, del cuidado vestuario -demasiado nuevo siempre-, diseñado por una Cronenberg, de guión escrito por Christopher Hampton -el de Las amistades peligrosas- que aquí naufraga, y de una cuidada fotografía que procura sacar lo mejor de Austria y Suiza, lo cual no siempre es posible sin que aparezcan los dos personajes que han puesto en el mapa estos anodinos países, Hitler y el reloj de cuco.

Lástima dilapidar una sólida obra con películas como La mosca, Una historia de violencia, Promesas del Este y sobre todo la turbia Inseparables con bodrios como este.
alfonso

viernes, 18 de noviembre de 2011

Un dios salvaje


Dir. Roman Polanski

Act. Kate Winslet, John C. Reilly, Chritoph Waltz y Jodie Foster


















Una masacre de baja intensidad

No soporto a la Yasmina Reza (hasta el apellido es estúpido) desde que vi la intragable Arte, en compañía de una Infanta para más delito. Es de esas dramaturgas de la burguesía que rasca su superficie y nos brinda fruslerías disfrazadas de denuncias brutales de pretendida chica mala. Todo lo contrario de Harold Pinter. Hasta que llega Polanski, claro, y lo impregna todo de su característica mala uva brindada por una vida apurada hasta las heces.

Y ahí empieza lo bueno de la película, para seguir con una espléndida narración cinematográfica, un curso acelerado de cómo filmar casi teatro en una habitación -nadie se cree eso de que está rodada del tirón-, y un apabullante recital de actores... menos la Foster que no acierta con el personaje.

Te ríes un montón, pasas un buen rato, echas de menos una pelea más salvaje -la traducción correcta del título es masacre- de esas a la que uno ya está acostumbrado a estas alturas de la vida, y también se añoran algunas referencias e insultos más sexuales, algo que brilla por su ausencia.

Y es que el pillín de Roman estaba en la trena -en la trena suiza, también de baja intensidad- por haber tenido un "incidente" hace muchos años con esa niña de trece años, y más le valdría no meneallo.
alfonso

sábado, 12 de noviembre de 2011

London boulevard

Dir. William Monaham
Act. Colin Farrel, Keira Knightley, Ben Chaplin

















Deep cockney
La verdad es que su principal atractivo reside en lo que apenas entiendes, el slang macarra de los bajos fondos londinenses, apenas inteligible pero sabroso.

Todo lo demás está de más, nuestro buen amigo Colin Farrel haciendo de lo que le gusta, de chico malo. Un guión desastrado, una fotografía desdeñada, un ambiente londinense desaprovechado. Sólo la Knightley está bien, porque por una vez no hace gestos excesivos, ni casi actúa, se limita a poner esa cara y ese cuerpo que le ha dado la naturaleza y dejarse llevar y uno lo agradece.

Ópera prima del director, alguien seguro le ha dicho que para hacer una película hay que coser mejor las escenas y aprovechar los torcidos diálogos de un buen novelista, irlandés como Colin Farrel, el tal Ken Bruen, poco conocido por estos pagos.

Se deja ver, sobre todo la muchacha, y tiene un final bastante redondo con el cadáver del prota mirando el cielo.
alfonso

sábado, 5 de noviembre de 2011

Melancholia

Dir. Lars von Trier
Act. Kirsten Dunst, Charlotte Gainsbourg, Kiefer Shuterland

















Más que pasión, frenesí
No hay nada peor que creerse tu propio personaje y no lo digo por la boutade de alabar a Hitler en Cannes... que también. Pero al niño mimado de la intelligentzia europea, el creador de varias películas inolvidables como Rompiendo las olas, Dogville o Bailar en la oscuridad, se le ha ido la pinza del todo. Y ya no se dedica más que a mirarse el ombligo de sus neuras.

Con el Anticristo -que no fui a ver en defensa propia-, se enfrentaba con sus paranoias sadomasoquistas, y en esta a sus obsesiones maniaco depresivas y a su confesado temor de infancia a un holocausto nuclear.

Por lo demás, personajes insufribles, una cámara bailona tan irritante que te ataca los nervios, mucho cultismo y lenguaje oculto pretendidamente cómplice, hasta el punto de que la novena de Beethoven acabe pareciendo una tabarra. No me extraña que hasta la hiper tonta de P (Cruz) saliera por piernas cuando Lars le dijo que estaba escribiendo una película -ésta- para ella.

O sea, que tómate algo frío, Lars, majete, aprovechando que te vas al congelador hasta que se te pase el pavo.
alfonso