viernes, 25 de agosto de 2017

Ana mon amour

Arte y ensayo rumano
Dir. Calin Peter Netzer
Act. Mircea Posterlnicu, Diana Cavallioti...


Rumanía, 2017, 127 minutos


















 Arte y ensayo rumano
Una película muy densa que pretende versar sobre el psicoanálisis y la pareja, pero que en realidad sirve de atalaya para atisbar el país y su desarrollo post Ceucescu, su entrada en la Unión Europea, pasando de país gris y levemente siniestro a otro perfectamente homologable a los aburridos estereotipos del Este.

El director de Madre e hijo, se fija esta vez en el otro binomio tóxico de la sociedad, la pareja, que retrata, como no podía ser de otra manera, en términos de dependencia y de reproducción de todos los traumas a los que han asistido de niños, en esa inmensa catástrofe de la que se intenta sobrevivir el resto de tus días.

Tiene demasiado diálogo, una cámara inquieta e inquisitiva que salta nerviosamente de un interlocutor a otro y un prodigio de montaje que hace que la película, que se mueve a saltos temporales, fluya sin (sobre) saltos.

Pero al director no le iría mal tomarse a sí mismo y sus personajes ligeramente a broma, a sus curas postcomunistas en el confesionario y a los psiquiatras que ofician como tales, pero en versión algo menos pedestre. O sea una pasadita por Woody Allen antes de convertirse en el judío poco gracioso y levemente canalla que es hoy.
alfonso

sábado, 19 de agosto de 2017

La seducción

Dir. Sofia Coppola
Act. Nicole Kidman, Colin Farrell, Kirsten Durst, Elle Fanning...


EE.UU., 2017, 93 minutos


Título original: Las seducidas














Que ninguna buena acción quede sin castigo
Cada vez que la señorita Coppola quiere realizar un ejercicio de estilo se le desinfla el suflé antes de crecer. Sin llegar a la tontuna supina de María Antonieta, cuando la chiquilla era novia de Quentin El Cretino, algo que debió marcarla para toda la vida, más que tener un padre genial. 

Basada en una novela de Thomas Cullinan llevada posteriormente al cine paradójicamente por el dúo más duro de la pantalla, Siegel & Eastwood, se basa en realidad en eso que Orson Welles llamaba una historia inmortal y que ya había sido delineada en los Cuentos de Canterbury según Pasolini: en plena guerra de Secesión, un hombre entra en un gineceo, -llámese convento, internado, residencia de señoritas, círculo de Podemos...- sin saber que lo hace en un nido de víboras. O tal vez sí.

Una fotografía tramposa con grandes desenfocados que nos lleva al mundo de J.M. Barrie y sus hadas trucadas, un vestuario majestuoso y una mansión sudista que yace entre humeantes columnas jónicas de dueños levemente pervertidos, junto con cierto aire a Las vírgenes suicidas, -la mejor obra del mundo de Sofia-, son los auténticos alicientes de una cinta hueca donde resuena dichoso el Magnificat de Monteverdi.

Aquel en que se escucha, Deposit potentes de sede et exaltabavit humiles. Pero como demostraron en la Revolución Francesa, los inocentes apenas existen. Las inocentes... jamás.
alfonso

jueves, 3 de agosto de 2017

Animales nocturnos

Una finísima venganza
Dir. Tom Ford
Act. Amy Adams, Jake Gyllenhaal, Michael Shannon...


EE.UU, 2016, 117 minutos


El tráiler







Una finísima venganza
Esta vez a Tom Ford, diseñador jefe de Gucci, de bolsos de 18.000 dólares y de los vestidos de Michelle Obama, poseedor de una cadena de tiendas de lujo en todo el mundo, no le van a tildar de vacuo como en su anterior película A single man

Ahora ha escogido un tema en el que denuncia -paradójicamente dada su biografía-, la cultura basura, que escenifica en el arranque de la película con unas mujeres estrepitosamente gordas bailando y posando desnudas meneando sus flácidas carnes en las que luce alguna lentejuela.

La debilidad de uno y la fidelidad de clase de la otra provocan una catástrofe personal en los dos protagonistas que el primero redime escribiendo y culmina dedicándole a su ex el manuscrito que le envía. Mientras, discurre una producción lujosísima, perfecta en guión, detalles, cuadros, música, vestuario, tipografía y cualquier otro aspecto en el que uno quiera fijarse para contar una historia triste y violenta.

El peso de los errores, de los graves, solo se alivia con la venganza, la escritura y el tequila, con una buena combinación de esos tres elementos o similares. Pero siempre sin crueldad,  evitando por ejemplo esa frase tan venenosa: "Al final todos acabamos pareciéndonos a nuestras madres".
Vade retro.
alfonso