Mejor película: True Grit (Valor de ley)
Mejor director: Terry Malick por El árbol de la vida
Mejor guión: Sofia Coppola por Somewhere
Mejor actriz: Mia Wasikowska por Jane Eyre
Mejor actor: Mathieu Almaric por Tournée
Mejor banda sonora: Alberto Iglesias por El Topo
Mejor película en castellano: La vida de los peces
Bodrio del año: Tokio Blues
viernes, 30 de diciembre de 2011
sábado, 24 de diciembre de 2011
Route Irish
Dir. Ken Loach
Act. Mark Womack, Andrea Lowe
Agit Prop viejuna
Siempre he pensado que este tipo de películas de denuncia y concienciación sólo vamos a verlas los que ya estamos concienciados, pero el bueno de Ken Loach, erre que erre, eso sí, con un gran saber hacer.
Sigue el mismo esquema de investigación y denuncia que su Agenda oculta sobre los crímenes policiales en Irlanda del Norte, pero esta vez en Irak denunciando a los contratistas y sus mercenarios. Ahora bien, no sé en qué se diferencia un soldado profesional y su jefe, el ministro de turno, de los perros de la guerra que protagonizan esta historia contada a veces a gritos, en sentido figurado y estricto, aunque con muy buen guión de su habitual Paul Laverty, pareja de Iciar Bollain, por cierto.
Menos mal que el iraquí bueno, -siempre hay un nativo muy bueno en estas películas-, que es músico, sólo nos ameniza con una canción de su repertorio -en árabe nasal y con un instrumento tan torturante como nuestra zamfoña-. Y menos mal que Loach está un poco chocho pero no ha perdido del todo el nervio y en la película, de los criminales no queda ni la secretaria del malo, ni el propio protagonista, un ex GEO, que decide suicidarse.
Eso es lo que yo llamo un final feliz.
alfonso
Act. Mark Womack, Andrea Lowe
Agit Prop viejuna
Siempre he pensado que este tipo de películas de denuncia y concienciación sólo vamos a verlas los que ya estamos concienciados, pero el bueno de Ken Loach, erre que erre, eso sí, con un gran saber hacer.
Sigue el mismo esquema de investigación y denuncia que su Agenda oculta sobre los crímenes policiales en Irlanda del Norte, pero esta vez en Irak denunciando a los contratistas y sus mercenarios. Ahora bien, no sé en qué se diferencia un soldado profesional y su jefe, el ministro de turno, de los perros de la guerra que protagonizan esta historia contada a veces a gritos, en sentido figurado y estricto, aunque con muy buen guión de su habitual Paul Laverty, pareja de Iciar Bollain, por cierto.
Menos mal que el iraquí bueno, -siempre hay un nativo muy bueno en estas películas-, que es músico, sólo nos ameniza con una canción de su repertorio -en árabe nasal y con un instrumento tan torturante como nuestra zamfoña-. Y menos mal que Loach está un poco chocho pero no ha perdido del todo el nervio y en la película, de los criminales no queda ni la secretaria del malo, ni el propio protagonista, un ex GEO, que decide suicidarse.
Eso es lo que yo llamo un final feliz.
alfonso
El topo
Dir. Tomas Alfredson
Act. Gary Oldman, Colin Fith, John Hurt,
El viejo topo
Siempre pensé que las novelas del primer Le Carré, las de la Guerra Fría, no eran más que un intento de venganza contra Kim Philby y los Cinco de Cambridge, aristócratas británicos comunistas que trabajaron para la Unión Soviética dentro del MI5. Luego mejoró como novelista, afinó sus ideas y comenzó su mejor época: El jardinero fiel, Un traidor como los nuestros...
La película tiene una técnica narrativa depuradísima con las más sutiles transiciones hacia el flash back que uno ha visto y una banda sonora portentosa del gran Alberto Iglesias; una ambientación y puesta en escena muy british, esto es cuidadísima, una fotografía brumosa y una frialdad emocional tan sórdida como un menú -inglés- de seis euros.
Adolece de ritmo y tiene problemas de montaje, Gary Oldman está demasiado hierático, a veces parece embalsamado, y sólo al principio y al final brilla la película, sobre todo gracias a ese gran actor que es Colin Firth. Se pasa un buen rato.
Fue Marx y también Shakespeare los que hablaron de topos, pero no como espías, sino como los que socavan los principios y cimientos de esta ramplona y violenta sociedad. Y más que nunca, vale la frase de Graham Greene, "no hay traiciones, sino otras lealtades".
alfonso
Act. Gary Oldman, Colin Fith, John Hurt,
El viejo topo
Siempre pensé que las novelas del primer Le Carré, las de la Guerra Fría, no eran más que un intento de venganza contra Kim Philby y los Cinco de Cambridge, aristócratas británicos comunistas que trabajaron para la Unión Soviética dentro del MI5. Luego mejoró como novelista, afinó sus ideas y comenzó su mejor época: El jardinero fiel, Un traidor como los nuestros...
La película tiene una técnica narrativa depuradísima con las más sutiles transiciones hacia el flash back que uno ha visto y una banda sonora portentosa del gran Alberto Iglesias; una ambientación y puesta en escena muy british, esto es cuidadísima, una fotografía brumosa y una frialdad emocional tan sórdida como un menú -inglés- de seis euros.
Adolece de ritmo y tiene problemas de montaje, Gary Oldman está demasiado hierático, a veces parece embalsamado, y sólo al principio y al final brilla la película, sobre todo gracias a ese gran actor que es Colin Firth. Se pasa un buen rato.
Fue Marx y también Shakespeare los que hablaron de topos, pero no como espías, sino como los que socavan los principios y cimientos de esta ramplona y violenta sociedad. Y más que nunca, vale la frase de Graham Greene, "no hay traiciones, sino otras lealtades".
alfonso
jueves, 8 de diciembre de 2011
Si no nosotros ¿quién?
Dir. Andres Veiel
Act. August Diehl, Lena Lauzemis, Alexander Fehling
Esos demonios que viven conmigo
Parece que los alemanes están empezando los exorcismos. Tímidamente, primero con la República Democrática, claro, y luego, según se asoman al precipicio, les puede el gustillo por el abismo y miran por encima de su hombro donde un pasado atroz, protagonizado a veces por su propia familia, les contempla desde los campos de concentración y los hornos crematorios.
De esa Alemania que se resiste a transigir de nuevo con el fascismo, de los ecos de la guerra de Vietnam y la crisis de los misiles, surge la Baader Meinhof y esta excelente película que contextualiza magníficamente esa década que algunos, los que no la sufrieron, llamaron prodigiosa y no dejó de ser patéticamente trágica, como bien ilustra la historia de amor que vertebra la película.
Buen documentalista, el director abusa un tanto de la cámara digital en interiores, arropa las escenas con una potente banda sonora y compone una historia fascinante por la cercanía de los que andamos por los cincuenta.
Aunque demasiado cercana a los fantasmas que nos habitan.
alfonso
Act. August Diehl, Lena Lauzemis, Alexander Fehling
Esos demonios que viven conmigo
Parece que los alemanes están empezando los exorcismos. Tímidamente, primero con la República Democrática, claro, y luego, según se asoman al precipicio, les puede el gustillo por el abismo y miran por encima de su hombro donde un pasado atroz, protagonizado a veces por su propia familia, les contempla desde los campos de concentración y los hornos crematorios.
De esa Alemania que se resiste a transigir de nuevo con el fascismo, de los ecos de la guerra de Vietnam y la crisis de los misiles, surge la Baader Meinhof y esta excelente película que contextualiza magníficamente esa década que algunos, los que no la sufrieron, llamaron prodigiosa y no dejó de ser patéticamente trágica, como bien ilustra la historia de amor que vertebra la película.
Buen documentalista, el director abusa un tanto de la cámara digital en interiores, arropa las escenas con una potente banda sonora y compone una historia fascinante por la cercanía de los que andamos por los cincuenta.
Aunque demasiado cercana a los fantasmas que nos habitan.
alfonso
domingo, 4 de diciembre de 2011
Jane Eyre
Dir. Cary Fukunaga
Dir. Fotografía: Adriano Goldman
Act. Mia Wasikowska, Michael Fassbender, Judi Dench
Lo mejor desde Barry Lyndon
Dir. Fotografía: Adriano Goldman
Act. Mia Wasikowska, Michael Fassbender, Judi Dench
Lo mejor desde Barry Lyndon
La leyendo urbana afirma que Kubrick filmó las escenas de luz de vela en aquella película sobre el vividor irlandés, con las lentes que le regaló la NASA por hacer el fake de la llegada del hombre a la luna. Pues el director de fotografía de esta espléndida Jane Eyre, ha debido robarlas del museo que al parecer custodia su esposa.
La película -que debería proyectarse en todos los institutos para mejorar algo la educación sentimental de nuestra obtusa muchachada-, tiene una escena cumbre que tendría que aparecer obligatoriamente como salvapantallas de las Blackberry de estos eternos adolescentes embotellonados y empachados de vampiros sentimentaloides y mariquitas.
Fotografía, ambientación y exteriores sublimes, con una actuación impactante de mi nueva musa sentimental, la australiana Wasikowska, que definitivamente ha destronado en mi corazón a la Kidman, paralizada por el botox, lo que -bien visto- no dejaba de ser una ventaja.
La acompañan el siempre efectivo y austero Fassbender y la sólida Judi Dench para crear unos personajes eternos.
Porque en tiempos de crisis hay que volver a los clásicos. Y no hacer mudanzas.
alfonso
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