viernes, 31 de enero de 2014

La venus de las pieles

Dir. Roman Polanski
Act. Emmanuelle Seigner, Mathieu Amalric








Francia, Polonia, 2013




El tráiler






Un poquito pasado...
Esa es la principal sensación al salir del cine. Vale que sea un monstruo, que ha tocado todos lo palos y casi todos bien, que haga cine como respira, maneje a los actores a su antojo, juegue con los guiones y les dé la vuelta, y sea uno de los mejores directores de teatro filmado de la actualidad.

Pero está un poquito pasado. El hecho de que Sader Masoch fuera austriaco, austrohúngaro para más señas, y Polanski sea polaco, hijo de padres desaparecidos en Auschwitz, podría hacernos pensar que la pareja se encuentra a sus anchas, uno dirigiendo y el otro dictando desde el otro lado, a través también de la obra colateral de Davies Ives.

Todo es mecánicamente perfecto. El plano secuencia inicial, la puesta en escena, la maravillosa actuación de su mujer (¿por qué se parecerá tanto a Sharon Tate?), la del gran Mathieu Amalric, disfrazado de su sosias, la dirección y el montaje.

Sí, pero todo un poquito pasado, insisto, con un aroma a flores muertas, para hablar del eterno conflicto entre hombres y mujeres, de ese tardo feminismo romo que ahora sólo pugna por el poder.

O sea quítate tú, que me pongo yo. Pero con pieles.
alfonso


viernes, 24 de enero de 2014

¿Qué hacemos con Maisie?

 Dir. Scott McGehee y David Siegel
 Act. Julianne Moore, Alexander Skarsgard, Onata Aprile



 EE.UU. 2012
Los niños vienen en opción
Para bien y para mal, la película está rodada a partir de la visión de la niña. Eso significa ingenuidad, sinceridad y también cierto aburrimiento por poco profunda.

Ya en 1897 Henry James, astuto observador de la sociedad norteamericana finisecular, advertía sobre los problemas de la clase alta estadounidense y se atrevió a escribir esta historia que anticipaba los problemas de los padres que tienen hijos por dejadez, algo que los años no ha hecho más que exacerbar. La tituló Lo que Maisie sabía, que poco tiene que ver con el estúpido título que le ha adjudicado Alta Films, la productora española.

Con una dirección muy aseada, una puesta en escena cuidadosa y unos actores muy profesionales, sobre todo Julianne Moore que compone en dos pinceladas un personaje muy creíble, nos cuentan la historia de dos artistas que han tenido una hija de rebote a la que sus trabajos les impiden criar.

La muchacha, la mirada más limpia del cine del siglo XXI, trastabilla de una casa a la otra, de unas parejas a las contrarias, sin entender muy bien lo que le pasa y sin culpar a nadie.

El autor de Otra vuelta de tuerca ya debía saber, el tema es más viejo que el mundo, que los niños no deben venir por defecto, sino en opción, como el software de los ordenadores. Se pide carnet hasta para pescar; no estaría de más pedirlo -y negarlo en una gran mayoría de casos-, a las parejas antes de empezar a copular.
alfonso

sábado, 18 de enero de 2014

Agosto: Osage County

Súbitamente el último verano en Oklahoma
 Dir. John Wells
 Act. Julia Roberts, Meryl Streep, Ewan Mc Gregor,  Chris Cooper, Sam Shepard






EE.UU 2013
Súbitamente el último verano en Oklahoma
No hay más que cambiar el calor gótico del Sur Profundo de Tennesse Williams por el estéril calor de Oklahoma, uno de esos Estados de la Biblia, que tan bien representan el carácter agrícola de los catetos estadounidenses y que apareció en el mapa al servir de marco a la tragedia de A sangre fría.

Luego, el retrato de la familia disfuncional -¿hay alguna que no lo sea?-, discurre por los mismos derroteros: incesto, alcoholismo, pasiones y odios cocidos al fuego lento de la infancia. No hay más que reunirse al calor de la Navidad, del 4 de julio o Día de Acción de Desgracias en los EE.UU. para que el conflicto detone.

La obra teatral de Tracy Letts da pie a esta mediocre película que naufraga en un mar de actores imprescindibles. Casi recién sentados en la butaca nos sumerge en una vorágine inexplicada, en un maelstron impostado en el que giran impávidos los 120 minutos y que da a cada protagonista su correspondiente escena de lucimiento.

Yo soy de ese selecto club que abomina de Meryl Streep, la Violeta de la película, enferma de cáncer, que comparte nombre con la Violeta Venable de la obra de Williams. Suponemos que Sam Sheppard se suicida al principio de la película por no aguantarla. 

Y sin embargo Julia Roberts mejora con los años y los kilos. Y al igual que a la Binoche, a su belleza le sienta espléndidamente la tristeza. 
alfonso

viernes, 10 de enero de 2014

The grandmaster

 Dir. y guión Wong kar Wai

 Act. Tony Leung, Zhang Ziyi, Wang  Quingxiang...


 Música: Shigeru Umebayashi, Ennio  Morricone


China, (Hong Kong) 2013


 El trailer
In the mood for fight
Auténtica obra maestra del genio chino-hongkonés en la que, con su inconfundible estilo, narra la historia de Ip Man, maestro de las artes marciales y de Bruce Lee.

Como en el otro género más simbólico, el Western, al que se homenajea incluida la música de Morricone, el contenedor sirve para contar la historia de China de finales de los veinte a los sesenta, con la invasión y guerra japonesa, la guerra civil, el éxodo a Hong Kong y Taiwan de los nacionalistas de Chiang Kai Shek, la tradición, el honor, la lucha de China por su unidad, la modernidad y la juventud como motor de cambio.

Como siempre, el vestuario, de una belleza deslumbrante, los lentísimos movimientos de cámara a pesar de los combates, la posproducción, -dos años-, el rodaje, -2500 planos, 22 meses-, el montaje milimétrico, Tony Leung, la puesta en escena, la estilización y el minimalismo, los silencios y la melancolía, son marcas de la casa.

Como siempre también, late al fondo un amor imposible, -de nuevo las irreductibles redundancias- y mientras que en In the mood for love, los secretos se sepultaban en el agujero de un árbol al pie de Angkor Bat, aquí deja una frase como colofón.

Si no lamentáramos nada la vida sería muy aburrida
alfonso

sábado, 4 de enero de 2014

Inside Llewyn Davis

Like a rolling stone

Dir. y guión: Joel & Ethan Coen
Act. Oscar Isaac, Carey Mulligan, John Goodman...











EE.UU, Francia, 2013

El programa de mano
Like a rolling stone
Todas las marcas de la casa de los modernos más clásicos o viceversa: una extraordinaria galería de personajes, un humor muy negro y algo amargo, un retrato magnífico de los Estados Unidos, en este caso del Nueva York de los 60' de la mano de los esforzados cantantes de folk antes de que apareciera el gigante de Minnesota, paisano por cierto de los hermanos Coen.

A pesar de lo estrafalario de la propuesta, o precisamente por eso, se disfruta enormemente y no se deja de sonreír al ver las andanzas, el viaje a ninguna parte, de este cenizo melancólico que como dicen en la cinta, "es el hermano tonto del Rey Midas, convierte en mierda todo lo que toca".

Y como es habitual, impecable dirección y protagonistas, espléndida como siempre Carey Mulligan, y, claro, virtuosa banda sonora y magistral puesta en escena y ambientación en el Village. El guión parece seguir un rumbo al azar tirando de un hilo inicial, pero hay mucho trabajo detrás. O mucho genio.

Dos escenas a destacar, el viaje con John Goodman a Chicago y la actuación allá de nuestro Ulises delante de un productor musical de tres al cuarto.

How does it feel
To be on your own
With no direction home
Like a complete unknown
Así lo cantaría algunos años más tarde Bob Dylan.
No direction home. Y un gato.
alfonso


viernes, 3 de enero de 2014

Love and bruises

Dir. Lou Ye
Act. Tahar Rahim, Corinne Yam







Francia, China, 2011



El programa de mano








Amor a quemarropa
Un ejercicio en el alambre que es puro equilibrio inestable a pesar de las exageraciones propuestas tanto en el fondo como en la forma.

Para ilustrar una relación destructiva basada en el sexo tampoco hay que exagerar presentando una pareja en que ella es china, estudiante de posgrado  en París y él un argelino macarra, trabajador de la construcción y poblador de los banlieue.

Y para contarlo tampoco hace falta filmar toda la película en primer plano con una cámara digital de 3000 euros, abrasando a los protagonistas... y tostando a los espectadores.

Dicho esto, la verdad es que los personajes funcionan. Él (El profeta) pasa de canalla a niño en un parpadeo y ella (Holy Motors) es muy veraz en su muy femenina duda constante. Y el montaje y la posproducción merecen capítulo aparte.

Y para huir de la polémica de los moratones del título -¿por qué en inglés?- y de las escenas de violencia en la pareja, el director se refugia en que la autora del libro es mujer y que él mismo está prohibido en China.

Una relación destructiva con esos mimbres es casi una redundancia; es como el matrimonio, sólo que esta, como el tabaco, mata lentamente lo que (casi) nunca existió.
alfonso