sábado, 26 de diciembre de 2015

Macbeth

Corazón tan negro
Dir. Justin Kurzel
Act. Michael Fassbender, Marion Cotillard, Sean Harris...



UK, Francia, EE.UU, 2015, 113 minutos


El tráiler









Corazón tan negro
Una de las más potentes puestas en escena de la mayor tragedia de El Bardo, que ya siempre figurará al lado de la de Orson Wells y Akira Kurosawa, superior sin duda a la de Polanski. Fassbender compone un escocés aterrador y se come a la pobre Cotillard que no acierta con su venenoso personaje ni aunque se pinte la mirada de verde cicuta.

El director australiano ha apostado por la fuerza, que sin duda emerge del apabullante paisaje de los acantilados del norte de la isla de Skye y de las tierras altas de Inverness, con una banda sonora, -no sólo música-, inmisericorde, unas batallas perfectas con una cámara súper rápida muy contenida, y por el verso y el fortísimo, casi ininteligible, acento escocés.

Desde el avance del bosque de Birnam a las brujas todo destila fuerza e imaginación para innovar sin pisar el tenebroso paisaje de ruido y furia que enmarca la delineación de las pasiones modernas, en este caso la ambición y la codicia, a las que asistimos estos días representada por unos enanos patéticos vestidos de bufones.

Imborrable la cara de Fassbender cuando las brujas le anticipan su negro destino, que gira en esta versión más que en otras, sobre la maldición de no tener descendencia. Quinientos años más tarde se ha convertido en la mejor apuesta.
alfonso

viernes, 25 de diciembre de 2015

Un paseo por el bosque

El camino de Santiago laico
Dir. Ken Kwapis
Act. Robert Redford, Nick Nolte...


EE.UU, 2015, 104 minutos

















El Camino de Santiago laico
Adaptación chata, aburrida y sin gracia del divertido libro de Bill Bryson, último capricho de Robert Redford como productor y estrella botoxmizada en plena decadencia, con una pésima educación sobre cómo envejecer con dignidad. Todo en él parece a punto de desplomarse, la cirugía, el botox, el pelo teñido, la dentadura falsa, las lentillas de los ojos azules, la faja con que se sujeta la barriga. Al Nolte le da igual que le rebose por las costuras la vida de rosas, drogas y alcohol que ha llevado, gordo, rojo, hinchado y con la voz partida. 

La película desperdicia todo: el libro, los maravillosos paisajes, el naturalismo del autor y su amor por la naturaleza, la galería de personajes... y los autores del guión, un par de plumillas al servicio del dueño absoluto de la factoría Sundance, les tendrían que reciclar urgentemente... en guardabosques. Es plano, tonto y tedioso.
Camino de los Apalaches

El  Appalachian Trail, el Camino de los Apalaches, de Atlanta a Maine, de más de 3000 kilómetros, hace que el Camino de Santiago parezca un paseo dominguero por el Retiro y además se puede prescindir del increíble número de cretinos que pueblan el sendero más transitado del Norte de la península, el Camino Francés. La palma se la lleva un alto ejecutivo de marketing del Real Madrid, retirado en un albergue para peregrinos al que habría que colgar de su propio cíngulo. 

Lo hice hace varios años a cuenta de una página web del Ministerio de Cultura: en coche, claro, y como les decía a los peregrinos cuando les veía más exhaustos: vosotros pagáis por hacerlo. A mí me pagan.
alfonso 

viernes, 18 de diciembre de 2015

45 años

Dir. Andrew Haig
Act. Charlotte Rampling y Tom Courtenay


UK 2015, 93 minutos

















Un minuto para cometerlo y toda la vida para pagarlo
No se sabe qué es más increíble, si la historia de los 45 años de feliz matrimonio o la estupidez del marido de compartir con su esposa la historia de otra mujer previa a la boda. Además, la poderosa metáfora consiste en que aparece el cadáver exquisitamente congelado en un glaciar suizo de la que estaba destinada a ser su primera esposa, para más señas embarazada.

La historia se sostiene en dos de los mejores actores ingleses vivos, protagonistas de dos películas memorables, Tom Courtenay La soledad del corredor de fondo y Charlotte Rampling Portero de noche, aunque la segunda haya envejecido peor que la primera.

La película se indigesta con esos cielos ingleses tan blancuzcos como sus nativos, con una fotografía chapucera, con el ya clásico rictus invulnerable de la Rampling, con esos vestidos de terciopelo de las fiestas inglesas catetas comprados en Mark & Spencer... y mejora con el trabajo de él, sólido como una roca en su papel de obrero británico aburguesado.

La escena final, con el anodino discurso del marido en la fiesta de aniversario y la gélida y venenosa mirada de ella, recuerda la imperiosa necesidad de guardar siempre esa clase de secretos y nunca, nunca, nunca... hablar a la actual de tus ex. Ni mal siquiera. Believe me, sé de lo que hablo.
alfonso

viernes, 4 de diciembre de 2015

En el corazón del mar

Del Essex al Pequod
Dir. Ron Howard
Act. Chris Hemworth, Benjamin Walker, Brendan Gleeson, Jordi Mollá...

EE.UU-España, 2015


El tráiler


























Del Essex al Pequod
La historia verídica en que está basada la novela moderna por excelencia de América, Moby Dick. Cuenta el abordaje y hundimiento de un barco ballenero por un cachalote gigante blanco y la terrible historia de canibalismo que aconteció entre los náufragos y que Melville prefirió soslayar en su libro.

Recoge la fascinación del ser humano por el monstruo que llevamos dentro, en lo más profundo de nuestra delgada capa de civilización, valga la paradoja, y se enfrenta a dos libros magníficos, el ya mencionado y el de Nathaniel Philbrick del mismo título que la película. Y para los amantes del mar y de las ballenas recomendaría Leviatán de Phillip Hoare, donde recoge con todo lujo de detalles la redacción de la obra y vida de Melville, el ambiente de Nantucket, al sudeste de Boston, la vida e historia de la ballena.

La película constituye un auténtico placer en todos los sentidos: ambientación, banda sonora, actuación, -siempre que aparece Brendan Gleeson eso está garantizado-, y por supuesto el barco. Además respeta la atmósfera y el espíritu aventurero fin de siécle con unos efectos especiales moderados y en su justo lugar.

Quien se ha visto reflejado, como el protagonista y el que esto escribe, en el ojo de la ballena no lo olvida jamás. Y el que se ha bañado en alta mar y tiene una pizca de imaginación, mira un momento hacia el abismo sobre el que flota y se estremece. De placer y de miedo a la vez.
alfonso