sábado, 30 de julio de 2016

Jason Bourne

Jason Bourne
Dir. Paul Greengrass
Act. Matt Damon, Tommy Lee Jones, Alici Vikander...


EE.UU, 2016, 123 minutos







Bourne, Wiki Bourne
Vuelve el auténtico Jason Bourne a su cuarta entrega -hay que olvidar una secuela protagonizada por Jeremy Renner bastante chapucera-, con una historia muy buena, del mismito momento actual en que la batalla se libra entre los partidarios de la cibervigilancia global y los de la libertad en la red.

Resulta risible que el defensor de los últimos sea un clon de Zuckemberg en modelo hindú -tras haber pactado un programa previamente con la CIA, eso sí- y que los malos sean los viejunos de la Agencia, con su director interpretado magníficamente y un con un punto de ironía por el gran Tommy Lee Jones. En descargo del guionista, el propio director Paul Greengrass, hay que decir que la jovenzuela experta en informática aspirante al cargo no sale mejor parada, presa de una desmedida ambición dos punto cero.

Magnífica primera media hora entre los disturbios en Grecia, a medias digital y analógica y luego, campana de Gauss invertida, decae en el medio para remontar en la traca final. Eso sí, la inevitable persecución en coche está pasadísima y hace añorar la de la segunda entrega que discurre en Moscú.

Extraordinario montaje y dirección eléctricos, con esos planos cenitales marca de la casa, estilizada banda sonora y buena actuación de los progres oficiales de Hollywood, donde destaca un héroe posmoderno sin whatsapp que no dice ni 25 palabras en toda la película.

Así debería ser siempre en la vida real. Y no habría vigilancia, ni digital, ni de la manchega vieja del visillo.
alfonso

jueves, 28 de julio de 2016

Lolo

Lolo
Dir. Julie Delpy
Act. Julie Delpy, Vicent Lacoste, Eugenie Granval...



Francia, 2015, 99 minutos















Los jovencitos Frankestein
Era inevitable que yo fuera a verla. Una mujer progre y moderna, cosmopolita y parisina separada, liga con un cateto, anticuado y recién divorciado, que se muda a París por razones de trabajo. Allí se encontrará con el hijo de ella, su "Conejito de los Alpes" de 19 años, más que moderno cool, artista, liberado, y con un edipazo bien adobado de un egoísmo patológico. O sea lo mismo pero con las circunstancias inversas de lo que me sucedió a mí hace unos años.

El muchacho no está dispuesto a compartir espacio, novia (materna) y dejar de ser el auténtico reyezuelo de la casa y hará mil y una perrerías al novio para que su mamaíta lo abandone, lo que da pie a la parte de la comedia, bastante acertada, en la línea de Tanguy, qué hacemos con el niño, pero con dinamita dentro, lo que se traduce explícitamente en el visionado por parte de la pareja de un vídeo de El pueblo de los malditos, la mítica película de John Carpenter protagonizada por aquellos siniestros muñecos de carne.
Los jovencitos Frankestein

Magnífico el joven Vicent Lacoste, Hipócrates, que domina a la perfección esa mirada de adolescente eterno, cargada de infinito desdén y algo de conmiseración hacia los adultos, y muy ajustados los papeles de la madre y directora, Julie Delpy, Blanco de Kiewslowsky y Antes de que amanezca, y de un convincente y atribulado novio.

Sin ánimo de hacer un spoiler, es decir eso que antes se llamaba reventar el final, el Conejito de los Alpes espeta a su madre la cruda realidad. Sois vosotros los que habéis creado el monstruoso hijo único, sociópata, dueño y señor, heredero universal y déspota nada ilustrado. 
Tierra por medio, hacedme caso...
alfonso

miércoles, 27 de julio de 2016

Sunset Song

Dir. Terence Davies
Act. Peter Mullan, AgynessDeyn, Kevin Guthrie...

Reino Unido, 2015, 135 minutos














Escocia, fin de siècle
Al excelente director Terence Davies, Deep Blue Sea, acostumbrado a adaptar grandes clásicos, -en esta ocasión un novelón del escocés Lewis Grasic Gibbon-, le empieza a temblar el pulso. No se puede realizar una apología de la tierra, la Madretierra, con un 95% de planos de interiores. Ni amontonar escenas que en vez de fluir se quedan atascadas en su significado sin engarzar en el devenir de los acontecimientos y del metraje.

Principios de siglo XX, cambio de paradigma en el campo escocés que rodea Perth: padres que se creen los amos de las vidas de sus familiares con licencia para propinar palizas, mujeres ahítas de parir, emigrantes, campesinos sin tierras, y alguna mujer con ganas de cambiar algunas cosas... donde irrumpe la otra brutalidad, la I Guerra Mundial, para cambiar esta vez la realidad en toda su extensión.

Como siempre en el director, magnífica banda sonora con especial atención a las canciones populares. Aquí suena particularmente bien la antigua canción marinera  Spanish Ladies, como en la anterior película donde The Dubliners interpretaban con la maestría habitual Molly Malone.

La última vez que me detuvieron mi padre me convocó a su despacho y me amenazó con tirarme por la ventana. Me levanté, le miré desde mi metro noventa y le dije que lo intentase. A partir de ese momento, el respeto se hizo mutuo. Crepúsculo de dioses menores.
alfonso

domingo, 10 de julio de 2016

Money monster

Money monster
Dir. Jodie Foster
Act. Georges Cloony, Julia Roberts, Jack O'Conell...



EE.UU, 2016, 98 minutos
















El cielo se llama Bescansa
Una película entretenida sostenida por un sólido guión los primeros 60 minutos, sobre la televisión basura, perdón por la redundancia, y dos buenas actuaciones, Clooney en un papel a la medida, entre histriónico y dramático y Julia Roberts cambiando de registro de novia de América a actriz también dramática, aunque no pueda evitar salir siempre tan guapa.

Un presentador de un programa basura sobre inversiones, es decir cómo hacer que el dinero pase de la gente de a pie a los buitres, se columpia en una recomendación y hace perder 800 millones de dólares a inversionistas aficionados. Uno de ellos irrumpe en el plató pistola en mano y exige una explicación. El guión se desinfla a la mitad y sus muñidores tienen que recurrir al gastado truco del hacker para arreglar lo que no se puede demostrar en virtud de un libreto que se desinfla como un souflé.

La directora Jodie Foster, la memorable prostituta joven de Taxi Driver, arrima el ascua a su sardina, (sic) y todas las buenas son mujeres y todos los cretinos, hombres, incluso con cachondeo sobre un producto que revolucionará la Bolsa, una crema para obtener fantásticas erecciones al instante.

Quédate el mundo, Jodie y arregladlo entre vosotras, yo hace tiempo que he dimitido. Pero ten miedo, mucho miedo, a Bescansa, Carol, que te susurra a la espalda. 
alfonso

viernes, 1 de julio de 2016

Demolition

Demolition
Dir. Jean-Marc Vallée
Act. Jake Gyllenhaal, Noami Watts y Chris Cooper...

EE.UU, 2016, 101 minutos


















Deconstruyendo tu personaje
Un guión no puede hacerse en torno a una sola buena idea porque se queda corto si no le das alas o creas historias paralelas. Sirve para abrir y cerrar, pero en el medio decae a plomo. Este es el caso, que el guionista ha querido tapar a base de acumular personajes frikies, amontonar escenas extravagantes y apilar otras de supuesto impacto emocional.

Un financiero de Nueva York tiene un accidente de coche en el que muere su mujer, joven, guapa y rica, y no es capaz de sentir nada. Ni siquiera derramar unas lágrimas en el funeral aunque lo intenta. A partir de ahí quiere desmontar su vida y su personaje para recuperar la sensibilidad emocional y una vida funcional a base a destruir cosas como alegoría -ramplona- del proceso.

La película aguanta por el buen trabajo del  protagonista, el vaquero gay de Brokeback Mountain, sólidamente flanqueado por la extraordinaria Noami Watts, innegociablemente alérgica al botox, el Photoshop y otros afeites analógicos y digitales, y el siempre recordado Chris Cooper, el inolvidable militar de American Beauty, pero el director de la flojísima Dallas Buyer Club tendría que facilitar a sus guionistas alcohol de mayor calidad y graduación.

Y sobre la pretendida alexitimia del protagonista debería tener en cuenta que no hay mayor emoción que no sentir ninguna. Eso que los Vulcanos, como Mr. Spock llamaban Kolinahr.
alfonso