sábado, 19 de marzo de 2022

Aguas profundas

 

Dir. Adrian Lyne

Reparto: Ben Affleck, Ana de Armas, Kristen Connolly...

EE.UU. 2022, 115 minutos

Sobre una novela de Patricia Highsmith







Cuernos profundos
Un bodrio de un director obsesionado con los cuernos -autor de Infiel, Lolita, Una proposición indecente y Atracción fatal entre otras perlas-, a modo de catalizador de las relaciones echadas a perder por el matrimonio. Con unos guionistas que desvirtúan la obra de Patricia Highsmith y su reconocida y muy celebrada perversidad, para reducirla a una caricatura pelona que bien podría firmar  el Reverte.

Es un verdadero aburrimiento, excepto por la cara del Affleck tonto, -el listo es su hermano Casey-, cuando ve a su mujer follando con otros y cuando se autoparodia como ex alcohólico pidiendo Perrier en una fiesta en que todo el mundo va con un melocotón como un piano. 

Una cosa son los menages a trois, un rol o avatar sexual que debería promocionar Montera y su trouppe de feministas empoderadas del Circo del Sol, y otra ver cómo tu señora o tu señorito, tanto da, te la pegan en tus morros y además a cuenta de tu cuenta; corriente, por supuesto.

Es casi igual de mala que Una proposición indecente. Bueno, no tanto. En esa estaba Woody Harrelson para alegrarte un poco el tostón moralista. 

Ni acercarse a pesar del "gancho Highsmith". No funciona ni como Viagra inmaterial por mucha Ana de Armas en top less, brain less.
alfonso



domingo, 13 de marzo de 2022

Maixabel

 

Dir. Iciar Bollaín

Reparto: Blanca Portillo, Luis Tosar, Urko Olazabal...

España, 2021, 115 minutos

Amazon Prime (4 €)








Ardor guerrero
Ahora que suenan tambores de guerra por Occidente, jaleados por casi todos al unísono contando las mentiras de siempre para que nos alistemos todos (y todas) a las prietas filas por la libertad de unirnos a la OTAN urbi et orbe, conviene echar un vistazo a sus consecuencias.

Iciar Bollaín ha prescindido en esta ocasión de Paul Laverty, su pareja y guionista de guardia, para tomar en sus manos la tarea, la dificilísima tarea de contar una parte del conflicto vasco, envuelta, como no podía ser de otra manera, en grandes dosis de emoción. 

Una parte de los militantes de ETA no soportan más el peso de sus muertes y tras criticar a la organización, en la que se consideran meros soldados, deciden reunirse con sus víctimas para paliar su dolor. Su propio dolor, claro.

El guion patina, salta sin solución de continuidad por los años y apuesta por los sentimientos en detrimento del peso inmisericorde de la historia. Y si la Portillo está bien, sin más, Luis Tosar nos hunde con el peso de sus cejas, su cara de leñador estrábico y sus romas e insípidas actuaciones.

Habría que recordar que el perdón no existe, no existe, no existe; tres veces. Es un invento católico para abrir una franquicia que dura ya dos mil años perdonando los pecados para repetirlos hasta el infinito. Pero, aviso para navegantes, los hechos permanecen con su peso insoslayable, con una tozudez de piedra. 
alfonso