De William Shakespeare, Teatro María Guerrero.
Compañía Pushkin de Moscú, Cheek by Jowl
Dirección Declan Donellan; Escenografía: Nick Ormerod.
Act. Alexander Feklistov, Anna Khalilulina, Nikolay Kislichenko, Andrei Kuzichev, Anastasia Lebedeva, Ivan Litvinenko, Alexander Matrosov, Elmire Mirel, Valery Pankov, Alexey Rakhmanov, Yury Rumyantsev, Peter Rykov, Igor Teplov
Shakespeare, más vivo que nunca
Quizá sea por la impecable dirección y puesta en escena por los dos magos actuales del teatro, Declan Donnellan y Nick Ormerod, uña y carne, -Cheek by Jowl-, desde 1981 para hacernos disfrutar del mejor teatro, que es decir el del Bardo y otras hierbas menos prodigadas.
Esta vez han escogido a otra compañía rusa, el Teatro Pushkin de Moscú, un grupo de actores de otra galaxia, eslava para más señas, para montar una obra purísima, comedida, emocionante, amparada por el genio y el trabajo incansable de los rusos donde su profesión es de las más admiradas, más la excepcional dirección y puesta en escena del dúo británico, siempre en vibrantes tonos púrpuras y con una iluminación excepcional.
Será que se están haciendo mayores, como se está haciendo sin duda el que esto firma, pero contienen más el nervio y mueven a sus actores pensando en el patio de butacas, con menos fuego y relámpago, y será también que saben que la compañía responde como un auténtico mecanismo de relojería donde se esconden trece corazones que les hacen bailar, llorar, moverse como un coro griego y mirar de tú a tú al respetable con inaudita sinceridad, en este largo comienzo de gira para el que han elegido Madrid.
La prosa inimitable del Bardo sobrevive a la mala traducción de los sobretítulos para contarnos una historia de corrupción que tiene 400 años justos y que dice la prensa rusa que refleja nítidamente la monarquía de Putin. Será que no conocen España...
Son sólo tres días, pero volverán, como hacen siempre. Aquí les esperamos la pequeña legión de rendidos, subyugados, incondicionales.
alfonso