Dir. Halina Reijn
Reparto: Nicole Kidman, Antoñito Banderas, Harris Dickinson...
EE.UU. 2024, 114 minutos
No farta de na, una Nicole Kidman empachada de botox que no se cree su papel; un Antoñito Banderas haciendo de sí mismo, a caballo entre su amor por el manchego innombrable y la borrachuza de Melanie Griffith; el actor principal, que como siempre en las películas que escogen como tema el deseo, en este caso sado maso de pacotilla, es un macarra; la hija querida de la prota que apunta como lesbiana sin venir a cuento; la negra que apoya a la Kidman, alta ejecutiva robótica, por su valor como faro del feminismo más rijoso, perdón por la redundancia, y unas pacatas escenas de sexo anal incapaces de excitar ni a Lamine Yamal el día de su cumpleaños.
Es como esos gazpachos de chiringuito playero marbellí, salpimentados con agua de fregar, para que las señoras salgan un poco escandalizadas y luego pidan a su marido alopécico y barrigón que les haga lo que le hace el macarra a la Kidman, sin que se le vea un pelo y sin penetración, claro Textualmente.
Patética, pero al aroma de los tiempos que corren cualquier día la comenta Irene Montero en sus partidas de brisca con la Belarra, al pie de su piscina privada.
alfonso