Dirección y guion: Paul Schrader
Reparto: Richard Gere, Uma Thurman, Jacob Elordi...
EE.EE. 2024, 95 minutos,
Movistar Plus
Reencuentro del director y el actor tras la maravillosa American Gigolo de 1980. Un director y guionista de la talla de Schrader consigue que un actor tan mediocre como Richard Gere se comporte como una gran estrella y arrastre a otra actriz del montón como la Thurman a mirar a cámara como si -efectivamente- no existiera un mañana, mientras su marido cuenta su vida aquejado de un cáncer terminal.
Solamente Schrader podría contar la historia personal de uno de aquellos miles, unos 60.000, de conscriptos obligados a ir a una guerra en tierra salvaje para luchar, dicen, contra el comunismo, y que acabaron desertando a Canadá. Y lo hace utilizando la magia en lugar del patetismo, las elipsis en lugar del dramatismo y la culpa en lugar del neocatólico heroísmo de izquierdas.
Decíamos ayer en Mishima, que Paul Schrader "es uno de los mejores guionistas del cine. Suyos son Taxi Driver y sobre todo Yakuza, donde se refleja su amor por Japón y su cultura. Le fascinan los personajes oscuros, contradictorios, encandilados con la muerte como solución final a sus continuas dudas".
Los gobernantes -es un decir-, estadounidenses tomaron nota del movimiento contra la guerra en los 60-70 y a partir de ahí crearon un ejército profesional y terminado el conflicto.
Aquí, los tiparracos de la ceja (sic) montaron un remedo de movimiento contra la guerra (de Irak) y luego convenientemente untados y enchufados se olvidaron de todo, excepto alabar al Amo y pasar por caja.
Pero volvamos a la película y sus vericuetos. En efecto, los recuerdos son una droga.
Casi letal al filo de la vejez.
alfonso