domingo, 21 de febrero de 2016

El botón de nácar

Cadáveres marinos
Dir y guión: Patricio Guzmán

Chile, 2015, 82 minutos

Cineteca El Matadero, Madrid

















Cadáveres marinos
Intenta retomar el hilo de la espléndida Nostalgia de la luz, Cadáveres celestes, abriendo con varios planos del cosmos y las poderosas imágenes de los telescopios girando mudos en pleno desierto de Atacama, pero esta segunda parte es fallida en el texto, el hilo narrativo y sobre todo el tono.

Patricio Guzmán intenta trazar una analogía entre los Patagones aniquilados por el colonialismo y los desaparecidos por la dictadura chilena; entre el puñado de botones con los que Fitzroy, al mando del Beagle, compró a Jimmy Button para civilizarle en Inglaterra y luego, ya mestizado, devolverle a su tierra, y los botones que se han encontrado en los cadáveres que el Pacífico ha devuelto después de que los militares los arrojaran, tras torturarlos, al océano.

Trufada de milenarismo, -¡qué felices eran los Patagones en su edad de piedra!- de pura demagogia, de falseamiento y ocultación de ciertos aspectos de la realidad, la metáfora no funciona en clave política, aunque bien podría haberlo hecho en clave poética. Tampoco acierta con los personajes escogidos y alarga hasta los 90 minutos de rigor un documental que podría haberse quedado perfectamente en los 60.

Como el propio autor reconoce, Allende.·. vive en su código genético, como nos pasa a tantos, aunque en su momento nos burláramos de la vía pacífica al socialismo.

Algunos envejecemos con corazón, otros se convierten en maduristas-populistas.
alfonso