Dir. Ridley Scott
Reparto: Joaquin Phoenix y Vanessa Kirby (y no hay más)
Guionista: David Scarpa
EE.UU (Apple), 2023, 158 minutos
No es que el guion sea malo, que lo es con ganas, es que se ciñe a los gustos e intereses de la montonera, es decir un cruce entre Juego de Tronos y Tele5, con unas bochornosas escenas de sexo, algunas salidas de un casete de chistes de los que se vendían en las gasolineras.
No existe contexto histórico, apenas unas cuantas burdas pinceladas malintencionadas, -ese sombrero sobre la momia, esos tiros a las pirámides-, y a pesar de la calidad del protagonista el personaje no sale del acartonamiento de un botox caducado, comprado en el chino de Amazon.
Ni una palabra sobre la guerra de España, ni de la de Italia u Holanda, ni sobre la influencia que un sátrapa sobrevenido emperador introdujo para bien en la tierra de sus conquistas, brindando un barniz progresista, hijo bastardo de los flecos de la Revolución Francesa, una vez acabado el Periodo del Terror que tanto influyó en la revolución rusa.
La única batalla que vale la pena y le amerita una estrella es la de Austerlitz, que por cierto está trucada en el tráiler, porque los 50 segundos que dedica a la campaña de Rusia producen congoja y vergüenza a partes iguales y los cambios sociales y la política mundial se truncan en chismes sobre la realeza que arrojan sólidas sombras sobre la capacidad intelectual del ser humano en la actualidad.
Si se repara en el casting, el rodillo final de nombres, son casi más los dedicados al digital y las cromas, incluido el Señor de las Galaxias, Light & Magic de Georges Lucas, que los de madera y cartón, es decir Phoenix y su partenaire en este despropósito que marca el camino de esa cultureta trucha que más parece un cruce entre culebrón, videojuego y concursos de humor amarillo, como Oppenheimer, Barbie, y otras golosinas cancerígenas que ahora venden a los niños menores de 60 años.
alfonso