lunes, 18 de noviembre de 2024

El gran carnaval

 

Dir. Billy Wilder

Reparto: Kirk Douglas, Jan Sterling, Robert Arthur

EE.UU. 1951, 111 minutos

(Un as en la manga)







La extinta prensa canallesca
Ahora que el periodismo ya no existe conviene recordar de la mano del gran Billy Wilder como era la prensa del periodo anterior, la canalla, capaz de hundir un barco para desencadenar una guerra, encontrar armas de destrucción masiva en Bollullos del Condado, o como en este caso dejar a un hombre enterrado vivo en una cueva para montar tu propio espectáculo.

Lástima de Kirk Douglas, siempre tan pasado, tan histriónico, sacando mandíbula para mostrar el hoyuelo. Hasta el gran director naufraga tratando de hacer partido del antiguo trapero ruso que se ahoga en un vaso de agua.

Un periodista quemado aterriza en Alburquerque tras rotar por varios grandes periódicos y encuentra una oportunidad de volver al candelero, el candelabro que diría aquella energúmena de las candilejas. Para ello solo tiene que prolongar la tortura, manipular a los secundarios y fustigar a la competencia. Con el debido aplauso del público, esa chusma sedienta de espectáculo cutre, Gran Hermano, Eurovisión y socialismo chusco de las FET y las JONS.

Ya no quedan de esos, ahora solo hay periodistas comprados al peor postor, señoritas jurando su acoso por Snoopy, me2 faltaría más, becarios hablando de extraterrestres, becarias entrevistando a celebrities ligeras de ropa y cortas de cerebro y algunos Dircom a los que los políticos pasan la mano por el lomo como a su perro, entre catástrofes, mentiras y encuestas realizadas en los despachos.

Lástima de aquellos canallas. Al menos tenían encanto y algún tipo de escrúpulo.
alfonso


lunes, 4 de noviembre de 2024

El turista accidental

 

Dir. Lawrence Kasdam

Reparto: William Hurt, Geena Davis, Kathleen Turner

EE.UU. 1988, 116 minutos

Filmin







Guías para desencantados

Cuando escribía guías de viajes para distintos medios y editoriales a veces me dejaba llevar por la melancolía y el pesimismo en estado puro de esta película, para cabreo de mi editor en jefe. No sabía que nos estábamos adelantando a los tiempos de los cretinos viajeros, de botellón en Ryanair, en barcos monstruosos para deficientes mentales o atracadores de los grasientos bufets de los hoteles tres estrellas superior de allende los continentes.

Y lo cierto es que revisitar esta película de finales de los 80 te sigue contagiando la misma saudade ahora condimentada con un pesimismo bien fundado tras muchos años de observar el mundo y sus lóbregos habitantes. Al fin y al cabo un pesimista es un optimista bien informado.

Además, la pareja protagonista con una espléndida y desenfadada Geena Davis, un Oscar por este papel, y un misántropo recalcitrante como William Hurt casan muy bien, con perdón por la expresión, sin olvidar a Edward, el perrito Corgi.

Hoy en día ya casi no quedan lugares que visitar donde las masas turísticas no te destruyan la poca ilusión que pudieras albergar. Un día en la librería ad hoc que dirigía en Madrid, entró un turista inequívoco preguntando dónde podría ir ese tórrido verano que no hubiera gente. Móstoles a las cuatro de la tarde, a mediados de agosto, le contesté impertérrito. 

Y es mucho peor revisitar un lugar donde hayas disfrutado. O ha cambiado o has cambiado tú y te decepcionará. Porque siempre es a peor. Ambos.

alfonso