Dir. Jonathan Glaser
Reparto: Sandra Hüller, Christian Friedel...
Reino Unido, 2023, 106 minutos
Filmin
Desde que Anna Harendt inventara el concepto de la banalidad del mal al relatar el juicio de Adof Eichann, se ha abusado del concepto hasta perderle el respeto. Quizá se refiriera también a su peliaguda relación con Martin Heidegger, un filósofo insigne de apetitos filonazis.
La película abre con un reiterado fundido a negro y cuando ya pensamos que el aparato no funciona, descubrimos que sí, que narra una escalofriante historia con una banda sonora literalmente estremecedora, Oscar de este año, que serpentea y se enrosca tras una columna negra de humo. A un costado mismo del muro que separa Auschwitz de su chalet con piscina, -ojito Pablete-, se gasean cientos de miles de seres humanos pastoreados por los sonderkomandos.
La familia de Rudolf Hoss vive allí feliz sin mirar nunca al costado aunque con algunas pesadillas materializadas por la niña en escenas solarizadas que quieren decir mucho pero se quedan en tierra de nadie. Yo les hubiera recomendado las que recreaba Tadeusz Kantor en su Teatro de la Muerte y que provocaban escalofríos en los patios de butacas frente a los se materializaban.
O sea que dejémosnos de banalidades, no vaya a ser que nos arrasen de nuevo, porque el viejo primate asesino merodea por los recovecos de la historia, presto a dar muestras de su vesanía.
En su cómodo chalet con piscina, con niños incluidos.
alfonso