viernes, 27 de marzo de 2015

Nina

Vuleven los rusos
Dir. Diego Bagnera

Act. Muriel Sánchez, José Bustos, Jesús Hierónides.

Iluminación: Sergio Balsera
Producción: Raquel Berini

Teatro La Guindalera, Madrid
Vuelven los rusos
O quizá nunca se fueron, pero los prologuistas de la mayor crisis del siglo XX, en vísperas de la Revolución Rusa, parecen prestarse a una renovada atención en el panorama mundial en estos tiempos de profunda crisis económica, social e ideológica.

La Gaviota de Chejov sirve explícitamente de marco a Nina, Premio Lope de Vega 2003 a su joven autor José Ramón Fernández. En efecto, un buen texto con un excelente dibujo de personajes, el mejor el más difícil, el de esa mujer manipuladora y soñadora a la vez, audaz y derrotada, al que quizá se le podrían podar veinte minutos y alguna que otra frase lapidaria. 

Magnífica interpretación de Muriel Sánchez, aterrizando suavemente en el papel tras una entrada un poco subida de vueltas. Compone un personaje nuboso, como esa vida de provincias gallega, entre la nabiza y la niebla pero cierto, porque vuelve para alumbrar la existencia a un cateto que sabe de cine y de libros, pero desconoce la vida. La réplica no es fácil y su pareja parece ausente en muchas ocasiones en que vagabundea por la obra sin escuchar a la mujer que quiere alegrarle las noches y amargarle los días.

Lástima que al final Nina le pida otra frase lapidaria a su hombre, que le diga que no vuelva jamás a ese pueblo desolado. Más le hubiera valido hacer mutis mirando el cielo como la hija de Ryan, admirando el vuelo y la libertad de las gaviotas.
alfonso