viernes, 31 de enero de 2020

Cumplimos años: 10 años de cine, 650 reseñas...


Terry Malick, Kore Eda, Wang kar Way, Cheek by Jowl...

y otras hierbas ( y también bodrios)




Lo mejor año a año

Tres estrellas y más


martes, 28 de enero de 2020

Lo mejor (visto) del 2019

Mucho bodrio en un año de transición.  

(Y tras la patética ceremonia de los Goya)

Mejor película


Paisaje de la desolación con retrato de artista 








Mejor dirección y guion: Pawel Pawlikowsky


Guerra gélida en Polonia con amor al fondo








Mejor actor: John C. Reilly


Un  Oeste disfuncional








Mejor actriz: Saoirse Ronan


La Inglaterra de antes de los Beatles








Mejor película española


Viaje al fin de la noche (española)








Bodrio del año


El anti Bergman


sábado, 25 de enero de 2020

Mientras dure la guerra

Inteligencia artificial
Dir. Alejandro Amenábar
Reparto: Karra Elejalde, Eduard Fernández, Patricia López Arnáiz...


España, 2019, 107 minutos












Inteligencia artificial
Una película más del robótico director, capaz de contar una historia tremebunda sin insuflarle alma, como en el caso extremo de Ágora pero sin renunciar a editorializar sus opiniones y subrayar lo que más le conviene en detrimento de la inteligencia del respetable.

Por otro lado, una dirección impecable aunque sigue afanado en mover ampulosamente la grúa, perpetrar un sinnúmero de travellings laterales y componer una música invasiva, sobre todo cuando mete ópera en los momentos más trágicos. Buena dirección de actores, incluidos o sobre todo los secundarios. Eduard Fernández está pasado, pero ¿quién no, interpretando al guiñol tarado de Millán Astray?  Aseada puesta en escena, sin exagerar. Salamanca se presta a ello.

Y qué decir del cretino del personaje histórico, un bocachancla que creía que su real persona podía hacer y decir lo que quería en virtud de no se sabe qué, mientras corregía galeradas a todo aquel que tenía el valor suficiente para soportarle. Uno de esos tipos que se cala la txapela a rosca y que paradójicamente representa bien a la España de la que abomina. 

Ya lo dijo don Antonio Machado: "Señalemos hoy que Unamuno ha muerto repentinamente, como el que muere en la guerra. ¿Contra quién? Quizá contra sí mismo."

Mientras, la guerra dura entre tertulianos, políticos basura y gurús del que más le pague. Solo es español el que no ha podido nacer en otra parte.
alfonso

miércoles, 22 de enero de 2020

La corresponsal

Yonquis de adrenalina
Dir. Matthew Heineman
Reparto: Rosamund Pike, Jamie Dornan, Tom Hollander...

Estados Unidos, 2018 110 minutos

Título original: A private war
















Yonquis de adrenalina
La segunda estrella se la gana por el interés de la historia, no por la forma en que está contada, con lagunas en los personajes, sobre todo en aquellos que la corresponsal quería hacer destacar, los peatones de la historia, en este caso además atropellados.

Marie Colvin quería hacernos ver la crueldad de la guerra, el coste humano de esos conflictos de baja-media intensidad que las grandes potencias y las no tan grandes riegan por todo el planeta. Creía que era fundamental, a pesar de jugarse la vida, que el público desayunase con el coste insufrible de los conflictos. Se creía, en fin, su propia coartada. 

Lo más que algunos, solo algunos, llegamos a entrever en sus crónicas, en su variada panoplia de horrores, era que Mugabe era un sátrapa igual que Obiang; que los budistas de Sri Lanka eran tan asesinos como cualquier otros; que Gadafi era un payaso siniestro halagado por los estadistas europeos con sus regalos de caballos y su pelotón de guardaespaldas femeninas vírgenes.

Que los compromisos, los pactos y los acuerdos valen menos en política que un abrazo en la Moncloa, como han aprendido los kurdos y el fantasmal Ejército Libre de Siria, traicionados en Homs, donde perdió la vida.

Acabó alcohólica, tuerta, fumadora empedernida, casada dos veces con la misma piedra... Y muerta, claro.

Otros, algunos, acabamos más cínicos que nunca, seriamente aficionados al gin tonic, a apagar la televisión cada vez que emiten las noticias y a seguir leyendo de soslayo sobre los conflictos internacionales.
alfonso

martes, 21 de enero de 2020

Dobles vidas

Autobiografía, plagio y autoficción
Dir. Olivier Assayas
Reparto: Juliette Binoche, Guillaume Canet, Olivia Ross...

Francia, 2018, 107 minutos













 Autobiografía, plagio y auto ficción
"¿Cuánto tiempo llevamos juntos, seis años? Decir juntos es demasiado, yo diría que tenemos una relación deconstruida". Si no fuera en una película de Assayas y la frase no la hubiera pronunciado la Binoche, la pedrada era para salir en Youtube en boca de Savater, el filósofo de guardia bajo los luceros de Vox.

Editores, autores, especialistas en digital, actores... cruzan sus ideas sobre Internet y el mundo de la edición en una película rodada en 2018 que ya suena a viejo. Así, se lanzan estadísticas obsoletas sobre el ebook, sobre palabras claves en los titulares de los periódicos, sobre algoritmos para encajar best sellers según consumo, el triunfo de las novelas "románticas" en kindle, el declive del periodismo... Todas cosas ya casi muertas, sin prever paradójicamente la muerte de la privacidad y el auge del Gran Hermano, no solo en Tele5, sino en la ciber vigilancia mundial.

Tampoco hablan del populismo, el hermano trucho de la globalización digital, primo carnal del culto al megusta y los influencers.

Hablan sin parar sobre el plagio y la autoficción -escribir siempre sobre uno mismo disfrazando lo mínimo-, y eso que los franceses practican con la mayor elegancia, las dobles parejas de amantes y espos@s y en definitiva, sobre la identidad, que como el espíritu santo solo existe en mentes retorcidas de pederastas en ciernes.

Como siempre Assayas echa un borrón, aquí con un final edulcorado de tres meses de gestación que promete un rayo de esperanza a los indigentes sentimentales del mundo.

Sin reparar en lo más sencillo, que todo lo que no es autobiografía es plagio.
alfonso

sábado, 4 de enero de 2020

Érase un vez en Hollywood

Un falsario huérfano de productor
Dir. Quentin Tarantino
Reparto: Leonardo di Caprio, Brad Pitt, Al Pacino...

EE.UU, 165 minutos, 2019



















Un falsario huérfano de productor
Cabría imaginarse una historia totalmente falseada. Por ejemplo la del atentado de Carrero Blanco en que el comando volara a un cabo primero que pasaba por allí y acabara en la cárcel, tras dos horas de tediosas y larguísimas escenas, entre colores pastel y música ratonera de los sesenta. Además con un guión espástico que solamente en el minuto 160 nos hablara de las motivaciones de la banda paranormal de hippies estrafalarios, comandados por un Charles Mason de opereta.

Es la primera vez que Tarantino produce su propia película sin los Wenstein de Miramax, colgados a modo de trofeo por el Me2. Por cierto, deberían haber leído antes de haber tenido contacto con el bicho para promocionar sus carreras en gran parte de los casos, el magnífico libro de Peter Biskind, Moteros salvajes, toros tranquilos, publicado en 1998.

Y ya sin freno, los excesos de un director mueso que viste como Simeone en día de partido, tendente al postureo y a epatar al respetable y engatusar a los adolescentes poco respetables quedan brutalmente al descubierto.

Por supuesto el insoportable Di Caprio sobreactua preñado de tics, mal acompañado por un Brad Pitt especialista en papeles macarras cuando el director no le marca territorio e (im)posturas.

En definitiva dos horas y media aburridas, de música ramplona, estética colorinista, planos contrapicados y discurso falsario para perpetrar una estafa con la complicidad de la Academia ombliguista de Hollywood, de la calidad y el empaque del trilero del Palacio de la Moncloa al propinar sus abrazos.
alfonso