Director: Ramin Bahrani; sobre un libro de Aravind Adiga
Reparto: Adarsh Gourav, Priyanka Chopra, Rajkummar Rao
India, 131 minutos, 2021
Netflix
"En este país para prosperar hay que ser delincuente o político". No se refiere a España porque aquí ambas categorías coinciden. Es India, un país que gracias a sus tópicos, que se deben en parte a la figura alargada de Mahatma Ghandi o Buda, casi todo el mundo tiene por pacífico e iluminado. Nada más falso desde al menos 1947, fecha de la independencia de la metrópoli donde se asesinaron con saña más de un millón de indios, ya fueran hindúes o musulmanes.
La película retrata con perspicacia lo que tiene que hacer un dalit, un intocable, para escapar de su destino de ser tratado peor que una mísera gallinita. Mentir, robar, matar y corromper, y a ello se dedica el protagonista tras pasar varios meses como chófer del hijo de un latifundista que todavía hoy poseen más de la mitad de las tierras del inmenso país.
La mayor democracia del mundo, se mofa en repetidas ocasiones Balram Halwai, mientras conduce por las atestadas calles de Delhi, hoy abrasadas por más de 50º.
He viajado en varias ocasiones al país y he trabajado para un individuo de esa nacionalidad que no se dignaba ni a mirar siquiera a los de casta inferior, ni por estas tierras ni por su violenta patria de la iluminación de Buda, ya fueran taxistas, camareros o su propio personal. A mí como blanco me respetaba. A mí y a mi metro noventa.
La India iluminada es como la familia feliz, todo el mundo la cita y nadie la conoce.
alfonso