sábado, 25 de marzo de 2023

Perfecta desconocida

 

Dir. Joshua Marston

Reparto: Rachel Weisz, Michal Shannon, Kathy Bates...

EE.UU, 2016, 90 minutos








Desaparecer
Una lección de cine que bien podrían aprender estos mozos y sobre todo mozas, que campan a sus anchas por el mezquino panorama españolito, en virtud a subvenciones, premios amañados y festivales de tres al cuarto organizados por los políticos de turno.

Una mujer aparece contando diversas historias sobre sus múltiples vidas y tropieza conscientemente con un antiguo novio que la reconoce. La noche se alarga y ella le va contando sus múltiples vidas, bióloga herpetóloga, enfermera, ayudante de mago chino... identidades que va adoptando y va largando como los marineros las amarras, para mutar en otra mujer. 

Es decir el sueño de cualquier inadaptado social y misántropo vocacional que se precie como el que esto firma.

Rachel Weistz está perfecta en el papel, muy bien dirigida y la trama se hace absorbente durante sus 90 exactos minutos que mantienen al respetable adherido a la pantalla. Una dirección austera y una banda sonora precisa, con una lección de lo más importante -casi- del cine, el montaje.

Desaparecer y renunciar a la tentación de existir, una costumbre que no desespero de adquirir, como decía Cioran.  Hay que atreverse a ver esta película. Y licuarse entre la nada.
alfonso


Suro

 

Dir. Mikel Gurrea

Reparto: Vicky Luengo, Mikel Garrea, Illyas El Oudahdani...

España, 2022, 116 minutos









De corcho y cartón piedra
El cine español sigue ruralizándose para que los palmeros habituales se rompan las manos a aplaudir ante las óperas primas de algunos esforzados cuenta historias al calor de las modas. No importa si cometen pecadillos de juventud como hacer guiones chapuceros y jugar con los personajes como les da la gana, faltándoles el respeto a ellos y a los sufridos espectadores.

Una pareja se va al campo a explotar la finca de un familiar fallecido. Del uno no se sabe nada, de la otra que es arquitecta o peor aún, decoradora de interiores. Y quieren recoger el corcho de la finca que, según explicitan les va a dar 20.000 euros. Poca cosa para la reforma que quieren acometer. Y luego comienzan las tonterías con los inmigrantes, muy mal dibujados y los nativos, todavía peor.

Lo mejor es el manejo de la elipsis, con un homenaje expreso de la mejor de todos los tiempos, el hueso que lanza el mono al aire y muta en nave espacial, a cargo del maestro absoluto, Stanley Kubrick. Tampoco está mal la danza de entrada, aunque la de salida se mete de matute para hacer bonito.

Un Ampurdán mal fotografiado, un guion lastimoso, unas interpretaciones discretas para una película que podía haber dado mucho más que un corcho quemado por la Tramuntana y pintado con brocha gorda. 

Lo mejor, la historia del burrito, que, este sí, se merece un Goya.
alfonso