Dir. Joshua Marston
Reparto: Rachel Weisz, Michal Shannon, Kathy Bates...
EE.UU, 2016, 90 minutos
Una lección de cine que bien podrían aprender estos mozos y sobre todo mozas, que campan a sus anchas por el mezquino panorama españolito, en virtud a subvenciones, premios amañados y festivales de tres al cuarto organizados por los políticos de turno.
Una mujer aparece contando diversas historias sobre sus múltiples vidas y tropieza conscientemente con un antiguo novio que la reconoce. La noche se alarga y ella le va contando sus múltiples vidas, bióloga herpetóloga, enfermera, ayudante de mago chino... identidades que va adoptando y va largando como los marineros las amarras, para mutar en otra mujer.
Es decir el sueño de cualquier inadaptado social y misántropo vocacional que se precie como el que esto firma.
Rachel Weistz está perfecta en el papel, muy bien dirigida y la trama se hace absorbente durante sus 90 exactos minutos que mantienen al respetable adherido a la pantalla. Una dirección austera y una banda sonora precisa, con una lección de lo más importante -casi- del cine, el montaje.
Desaparecer y renunciar a la tentación de existir, una costumbre que no desespero de adquirir, como decía Cioran. Hay que atreverse a ver esta película. Y licuarse entre la nada.
alfonso