Dir. Ríos Bordón
Reparto: Ariadna Gil, Alex García y Silvia Alonso...
España, 2021, 81 minutos
Netflix
Mucho ha tenido que caer Ariadna para perpetrar este bodrio nacido al calor de las subvenciones de todo aquello que hable de las mujeres y su problemática, en este caso de las agresiones por parte de su pareja. También es verdad que su repertorio no alumbra casi nada bueno, porque la eximia actriz brinda un historial sin nada resplandeciente y con muchos truños en su haber, Solo quiero caminar, Torrente2, Appaloosa, El embrujo de Shangai...
Aquí nos ofrece un recital completo de sus gestos y guiños, repito, guiños, ante la cámara, muy de la actriz, que probablemente le faciliten la subyugación rendida de su interlocutor, como la víctima ante las carantoñas de una cobra, aunque al respetable le acaben cansando, pese a la magnífica madurez de la actriz.
La película es una bobada mal escrita y peor interpretada que transcurre íntegramente en un centro de atención a mujeres maltratadas. Se le agradece que sus tópicos no sean un bofetón para el espectador, sino una leve colleja a las neuronas en estado de letargo que proporciona la cinta.
Nada nuevo, amontonar metrajes, libros, teatro y demás manifestaciones levemente culturales para arramplar con los millones que el sanchismo reparte entre sus acólitos. Solo en cine el año pasado 360 millones de euros que no han conseguido nada más que atufar al público y montar un pingüe chiringuito de apesebrados feministas y femeninas con algún sobrevenido trans cambiado de apellido y abducido por el almodovarismo más vergonzoso.
alfonso