martes, 12 de noviembre de 2013

Blackfish

 Dir. Gabriela Cowperthwaite



EE.UU, 2013

Ficha
Vivan los toreros muertos
Documental al mejor estilo gringo para luchar contra una práctica execrable, los espectáculos con animales vivos, en este caso orcas, de los que son tan amantes los norteamericanos y donde destaca por su look cutre el único acuario español de esa categoría, -tenía que ser español-,  Loro Parque.

A ese estilo, digo, que caricaturizó Woody Allen en Toma el dinero y corre, donde salen unos tipos tan ingenuos y cretinos como cuando eran los entrenadores de las ballenas, que ahora abominan de tan repugnantes prácticas de torturar animales para solaz de otros, llamados humanos, bastante más estúpidos que los primeros.

Los momentos más simpáticos de la cinta son las escenas en que los psicóticos animales, reducidos toda su vida a hacer el idiota en una piscina de pocos metros cúbicos, se comen a sus domadores, al igual que los únicos momentos realmente didácticos de las corridas son cuando los morlacos empitonan a sus torturadores.

Ahora que afortunadamente ya no hay animales en los circos, que ya no hacemos pellas refugiándonos en la Casa de Fieras, que no tenemos que escondernos en los pueblos de veraneo para no contemplar las atrocidades de sus descerebrados mozos -perdón por la redundancia-, esperemos que falte poco para prohibir zoológicos y acuarios.

Y que el único espectáculo cruel, patético, grotesco, sea contemplar el ramonear de los niños en Disneylandia.
alfonso