sábado, 20 de septiembre de 2008

Siniestro Total (Plaça Reial, Barcelona)



Siniestro Total parecen estar en el ocaso de su carrera, pero siguen siendo capaces (cuando les da la gana), de brindar alegres noches de Rock. En la Plaça Reial de Barcelona se dio cita un público de lo más heterogéneo: guiris despistados de piel rosada que pasaban por allí y se encontraron el “fregao”, restos del movimiento punk, seguidores del grupo Vigués, y una miríada de “pakis” vendiendo latas de Estrella a Euro con cincuenta. Sonaban los primeros acordes casi a la una de la madrugada, y no cabía ni un alfiler.

Una hora escasa de deleite musical para el respetable, que vociferamos al unísono los clásicos y pudimos corear consignas políticamente incorrectas sin que ningún izquierdoso biempensante nos recriminase tal falta de decoro. Cuanta puta y yo que viejo. Vienen sus amigos, pero me da igual: son unos hippies, y los voy a matar. Que gusto!

Julián Hernandez estuvo comedido con las terroríficas arengas que suele introducir entre tema y tema. Por una vez, estuvo hasta ocurrente.
Con ¿quienes somos, de dónde venimos, a dónde vamos? terminó el recital. Justo delante de mí, un chico con el uniforme de punk reglamentario (versión verano, sin chupa claveteada) blandía una botella de calimocho, y coreografiaba con mejores intenciones que resultado el estribillo. Porque él, y muchos de los que estuvimos ayer en la Plaça Reial seguimos preguntándonos, tras veinticinco años de seguir al quinteto de Vigo, si somos alma, si somos materia o somos solo fruto del azar. Si es fiable el carbono catorce, o es nuestro antepasado el hombre de Orce.