sábado, 24 de diciembre de 2011

El topo

Dir. Tomas Alfredson
Act. Gary Oldman, Colin Fith, John Hurt,
















El viejo topo
Siempre pensé que las novelas del primer Le Carré, las de la Guerra Fría, no eran más que un intento de venganza contra Kim Philby y los Cinco de Cambridge, aristócratas británicos comunistas que trabajaron para la Unión Soviética dentro del MI5. Luego mejoró como novelista, afinó sus ideas y comenzó su mejor época: El jardinero fiel, Un traidor como los nuestros...

La película tiene una técnica narrativa depuradísima con las más sutiles transiciones hacia el flash back que uno ha visto y una banda sonora portentosa del gran Alberto Iglesias; una ambientación y puesta en escena muy british, esto es cuidadísima, una fotografía brumosa y una frialdad emocional tan sórdida como un menú -inglés- de seis euros.

Adolece de ritmo y tiene problemas de montaje, Gary Oldman está demasiado hierático, a veces parece embalsamado, y sólo al principio y al final brilla la película, sobre todo gracias a ese gran actor que es Colin Firth. Se pasa un buen rato.

Fue Marx y también Shakespeare los que hablaron de topos, pero no como espías, sino como los que socavan los principios y cimientos de esta ramplona y violenta sociedad. Y más que nunca, vale la frase de Graham Greene, "no hay traiciones, sino otras lealtades".
alfonso