sábado, 13 de septiembre de 2008
El tren de las 3.10
Dir. James Mangold
Act. Rusell Crowe, Christian Bale, Peter Fonda
Demasiada testosterona
Ciertamente ya no hay prácticamente hombres como estos, que desdeñan la ambiguedad y encarnan el reverso silencioso de los metrosexuales pegados al móvil. Aquí la hipervalorada ambiguedad de nuestros días queda relegada a una cuestión ética y a una delgada línea -sí, roja, claro-, que separa el bien del mal merced a una épica y casi a una estética. El guión apenas remonta en base a unas cuantas frases pero naufraga estrepitosamente con un final sonrojante, gracias en parte a un director al que toda la película se le va de las manos. Lástima de Peter Fonda que no consigue levantar la cabeza desde que le pegaran un tiro por hippie en Easy Rider. Y lástima también que haya que asomarse tras los primeros planos para atisbar los maravillosos paisajes de Arizona.
Una versión anabolizada en suma, del clásico de los 50, cuando los personajes eran para bien y para mal de una sola pieza, aunque paradójicamente, más frágiles.
alfonso
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