viernes, 29 de marzo de 2013

Grandes esperanzas

 Dir. Mike Newell
 Act. Ralph Fiennes, Helena Boham Carter, Robbie Coltrane, Jeremy Irvine

Reino Unido, 2012
Indigesto cuento victoriano
Personalmente nunca me ha gustado Charles Dickens. Me parecía que sus libros eran tan sórdidos como los fish & chips e igual de aceitosos, describiendo lo peor de la etapa victoriana con ciertos aires pacatos de crítica social edulcorada. Para construir el imperio británico esa moral y esa hipocresía eran condición indispensable. Se prohibía el esclavismo, sí, pero para potenciar su revolución industrial y la mano de obra cualificada desmantelando el sistema de producción textil de India por ejemplo. Y qué decir de los modales, la educación y la agudización ad nausea de las diferencias sociales. Del sexo mejor ni hablamos...

La película amontona escenas sin  ton ni son, sin saber qué hacer con la original estructura de folletín por entregas del libro y subrayando una historia de amor más cursi que el festival de Eurovisión. De los actores destaca sobre todo el gran Ralph Fiennes y Robbie Coltrane. Helena Bonham Carter sigue encasillada en su papel de marioneta de su marido, el locuelo Tim Burton. La ambientación es más teatral que cinematográfica y la fotografía discreta.

Lo mejor, los diversos acentos según la clase social y el vocabulario original, pobremente traducido en los subtítulos para una película que hay que ver en VO se sepa o no inglés.

Pero al final se sale estragado. Como de haberse hinchado de pastel. De riñones, claro está.
alfonso

viernes, 22 de marzo de 2013

Érase una vez en Anatolia

 Dir. Nurí Bílge Ceylan
 Act. Muhammet Uzuner, Yilmaz Erdogan, Taner Birsel


 Turquía, 2011

 El trailer





Cadáver sobre naturaleza muerta
El levantamiento de un cadáver y la escena social del crimen sobre unas tierras rigurosamente muertas de la Anatolia central que recuerdan a los páramos yertos del norte de Burgos o las tierras baldías al oeste de Zamora, pero con esa sordidez de un Estado comatoso, que se mueve entre la mugre de Ataturk y el rigor -mortis-, de su intrahistoria musulmana.

Árida, muy difícil de ver, 155 minutos escritos en un idioma del que no se entiende ni una sola sílaba a no ser que se sea escrupulosamente turco, levanta ciertos velos y apunta algunos enigmas de la idiosincrasia otomana que ya nos dejó ver Yilmaz Guney en Yol, antes de que el estado del golpista de turno lo sepultara en el exilio.

Brillantísima fotografía, ausencia total de música y unos actores que se esfuerzan en aparentar que la cosa no va con ellos, sino con el  implacable, ineludible, inmisericorde destino.
alfonso

lunes, 18 de marzo de 2013

Un asunto real

 Dir. Nikolaj Arcel
Act. Mads Mikkelsen, Alicia Vikander, Mikel Boe

Dinamarca, Alemania, República Checa, 2012
Cualquier corte pasada...

Una dignísima película danesa de época y bajo presupuesto que versa sobre la llegada de la Ilustración a la oscura Dinamarca de finales del siglo XVIII, donde un grupo de librepensadores a cuyo frente figuraba un alemán, conspiran con un rey idiota para avanzar en la Historia. 
Además, el médico volteriano intima con la reina, una inglesa a la que habían hecho traer para casarse con el estrafalario monarca, romance que lleva aparejado el drama, rigurosamente histórico.

Rodada casi íntegramente en Praga, cuyos costes son incomparablemente más bajos que en Copenhague, la puesta en escena aguanta el tipo pese a las apreturas del presupuesto, en el que colabora Lars von Trier, quizá como penitencia de todas las memeces que lleva diciendo -y haciendo-, en los dos últimos años. Y los actores están muy bien, con esa ilusión propia de la juventud.

Quizá la historia, el guión, peque un tanto de ingenua, llegando en ocasiones a rozar lo pueril en su relato,  -no olvidemos que son escandinavos-, que soslaya las tensiones sociales de la época y la fuerza de la burguesía como clase ascendente, pero retrata bien una corte que parece lo contrario de la actual, con un puñado de conspiradores progresistas empujando la nave hacia la libertad. 
Bueno, algo no ha cambiado, el rey sigue siendo un idiota.
alfonso

viernes, 15 de marzo de 2013

Amor y letras

 Dir, guión y protagonista: Josh Radnor
 Act. Elisabeth Olsen, Allison Janney, Richard Jenkins


EE.UU, 2012

Corazón de plastilina
Inteligente película que destaca por sus diálogos y por sus aciertos minimalistas pero brillantes, por ejemplo rodar Nueva York arropando la ciudad con una banda sonora de -excelente- música clásica, la charla sobre los libros de vampiros y la escena donde la madura profesora de Literatura Romántica se tira a su antiguo alumno como si fuera un kleenex. Trata sobre el paso de la edad, el complejo de Peter Pan, el amor por los libros y las carreras ridículas. Un poco blanda, quizá se olvide enseguida con el paso del tiempo, pero se pasa un muy buen tiempo viéndola. 

El imbécil del distribuidor local, perdón por la redundancia, ha cambiado el título original Liberal Arts, por Amor y Letras. A veces uno querría vivir -por  un instante tan sólo-, en Arabia Saudí, donde aún se practica la crucifixión...

Todo el aspecto técnico, guión, fotografía, dirección y actores... fluye con esa naturalidad y oficio de los estadounidenses que hacen cine con la misma facilidad con que respiran. El director y guionista había firmado anteriormente la flojita Happythankyoumoreplease y la joven actriz Elisabeth Olsen ya había convencido en Martha Marcy May Marlene

Al protagonista le preguntan qué ha estudiado y responde: "Literatura Inglesa y luego Historia. Quería asegurarme el paro cuando acabara". Nosotros en la facultad de Sociología nos decíamos que en pocos años en todas las empresas habría un sociólogo. No nos equivocamos. En la práctica totalidad hay algunos. Entre el personal de limpieza.
alfonso

viernes, 8 de marzo de 2013

En la niebla

 Dir. Sergei Loznitsa
 Act. Vladimir Svirskiy, Vlad Abashin, Sergei Kolesov

 Alemania, Holanda, Rusia, 2012

La guerra entre bambalinas
Bielorrusia 1942, plena ocupación alemana y combate fratricida de colaboracionistas y partisanos, entre bosques vírgenes teñidos de gris y ocre.

El director pasea morosamente la cámara en lentísimos plano secuencia y planos fijos para retomar alguno de los leitmotivs de Dostoyevski, la culpa, la duda, la traición, el castigo, el desamparo y el vértigo del que ha estado a punto de la muerte en dos ocasiones.

Maravillosa fotografía e interpretación teñida de esa melancolía tan cara al alma eslava, el antiguo documentalista dicta una lección de cómo llevar la cámara, siempre muy baja y muy lentamente y llena de silencio las escenas sin que aparezca en ningún momento la banda sonora.

Su ritmo y falta de acción podría volver loco a cualquier descerebrado devoto de los vídeo juegos de guerra e incomodar a muchos de los espectadores habituales del séptimo arte enganchados al tempo occidental. Seguimos siendo extraños compartiendo continente, no sabemos nada del Otro, y eso ya no parece curarse ni viajando, ahora que el tiempo se estrecha y se pierde su hilo en las (ti)nieblas septentrionales.
alfonso