Director, guión: Bradley Cooper
Reparto: Bradley Cooper, Carey Mulligan...
EE.UU, 2023, 120 minutos
Netflix
En primer lugar, el de su factotum supremo, Bradley Cooper, director, actor y guionista de este convencional y aburrido biopic, en el que ni siquiera deja brillar a mi muy admirada Carey Mulligan, perdida entre las nubes de humo del eterno cigarrillo del otro ego inflamado, el de Leonard Bernstein, el perpetrador de varios ladrillos musicales altamente indigestos como West Side Story.
Mucho melodrama, exquisito cuidado para no ofender sensibilidades con el bisexualismo del personaje, -al que se le ve arrullando a muchos hombres pero a ninguna mujer excepto la suya-, una cuidada fotografía en blanco y negro al principio y luego con un color algo ingrávido en la segunda parte, tiende al aburrimiento que el respetable puede conjurar admirando a Carey, disfrutando del vestuario de ambos protagonistas o observando fascinado el trabajo de director de orquesta de Lenny, que se asemeja al de un mecánico de tractores intentando desmontar el embrague de un John Deere de 200 CV.
Entre los productores destacan viejos monstruos como el catolicón y sobrevalorado Martin Scorsese, cuya carrera derrapa hacia el arcén y Steven Spielberg, autor de un remake de West Side Story, más melifluo, cursi y saltarín que el original, al que solo le faltaba el Travolta poniendo caras de Cienciólogo con hemorroides.
Este año llevamos dos de directores musicales inflamados de sí mismos, esta y la insufrible Tar. Espero con ansia la de Pink Floyd o McEnroe, (los músicos, no el tenista encabronado).
Para desbravar la conciencia y eliminar toxinas musicales.
alfonso