Dirección y guion: José Luis Acosta
Reparto: María Bestard, Saúl Lizaso, Carmen Gozz...
España, EE.UU, 2020, 77 minutos
Filmin y Prime video
Jo, qué noche... de la chingada
No se acerca a la película de Scorsese, pero para ser de origen español es bastante digna e inteligente, rara avis por estos pagos. Además le beneficia su metraje de 77 minutos bien contados y filmados con unas actuaciones solventes, dichas en mexicano fresa y rodadas en una de esas casa para ricos de Miami, que chirrían a los diseñadores bienpensantes, toda llena de líneas rectas, muebles blancos y cuadros salidos de una exposición trucha de Basquiat.
El padre de familia llega al hogar y anuncia a su mujer que están arruinados y deberán abandonar la casa e irse a una pensión al día siguiente. Claro, ya no tiene amigos y les espera un lúgubre futuro. Pero hay una solución, cobrar el seguro de vida que en este raro caso, cubre también el suicidio. Pero le da hueva o repelús hacerlo y encarga a su señora que a su vez cuenta con la complicidad de su hija superpiji para que le ayude.
Por supuesto salen a relucir algunas pequeñas sevicias matrimoniales, purititas chingaderas con los amigos y amigas, incluso con la mejor amiga de su hija de dieciséis deliciosos años.
Se ve con curiosidad, con una ceja enarcada hasta llegar al final que cada uno se imagina de una forma. Los que hablamos un mexicano chapurreado, aunque de clase baja, güey, disfrutamos más que los gachupas, arrimados a tanta piscina limpianalgas, a tanto cuadrito de diseñador puñal, a carros de driver fresa.
Órale, denle al play no más y me cuentan.
alfonso