sábado, 3 de junio de 2017

Norman, el hombre que lo conseguía todo

El arte de birlibirloque
Dirección y guión: Joseph Cedar
Act. Richard Gere, Lior Ashzenaki, Charlotte Gainsbourg...


EE.UU. Israel,  2016, 118 minutos

















El arte de birlibirloque
Richard Gere, el pésimo actor, la acelga budista, en el papel de su vida tras American Gigoló, hará ya casi cuatro décadas, encarnando a un conseguidor, ahora que la palabra está tan de moda en esta sociedad de pícaros cervantinos puesta al día.

Aquí se habla de judíos, en un parábola a la medida de Netanyahu y sus sobornos, practicando eso que ellos saben hacer tan bien, reírse de sí mismos. Norman es un conseguidor de citas, apaños, arreglos e intercambio de favores, de bajísima intensidad, a la que la suerte le brinda una oportunidad que acaba en tragedia bufa.

El guión tiene más trampas y chapuzas que un ayuntamiento de la costa mediterránea y una banda sonora que agobia los oídos y se inmiscuye en la historia. El resto de elementos acaba plegándose con efectividad a la trama, contada en primerísimos planos muy bien resueltos por los secundarios de lujo, incluida la hija de los Gainsbourg, Jane Birkin y el propio Serge, el cantante feo de tremendo éxito entre las mujeres guapas.

Entre el trile y los vendepeines, el tocomocho y las preferentes, los charlatanes de feria y los asesores financieros, esos judíos negociantes son calcaditos a nuestras más ilustres sagas, Ruiz Mateos y Pujol, pero sin esa cutrez ibérica de una clase montuna y matamoros que acabó por ocupar su lugar cuando consiguió expulsarlos  de la Península para evitarse la competencia.
alfonso