sábado, 26 de marzo de 2011

Howl

Dir.Rob Epstein, Jeffrey Friedman
Act. James Franco, David Strathairn, John Hamm
















Apoteosis del gafapasta
Hay que tener mucho talento para atreverse a hacer una película sobre Howl, el famoso poema de Allen Ginsberg, que nos tragamos hace 30 años en pésimas traducciones pensando, con razón, que Moloch era la imagen lisérgica del capitalismo. Y además que sea tan buena como ésta, donde se combina el biopic, el relato del juicio contra el editor, Ferlinghetti, -por cierto mucho mejor poeta que Ginsberg-, y unos brillantes dibujos animados sobre el poema a manos de un equipo tailandés, que nos recuerdan a The wall, ahora que Roger Waters anda por Madrid, también treinta años después de todo.

En el 56 se produjo una de esas alineaciones astrales que acaban abrigando fenómenos singulares: el dadaísmo, las drogas, -peyote y el LSD-, el jazz, el reconocimiento público de la homosexualidad, el surrealismo, la escritura automática, el desconcierto tras la Guerra Mundial y el aplastamiento de toda una generación marcada por Hoover y el mccarthysmo.

Y de ese bullir, nace City Lights la mítica librería de San Francisco todavía abierta, que alumbra novelas mediocres y poemas malditos, pórtico de una quimera llamada beat generation. En realidad una excusa para publicar y reclamar un papel en el mundo.

Magnífica película, actores, guión y fotografía del contubernio izquierdoso de Hollywood.
A no perdérsela. Ni a creérsela.
alfonso