Director y guion: Martin Mc Donagh
Reparto: Colin Farrel, Brendan Gleeson, Kerry Kondon...
Reino Unido, 2022, 114 minutos
Prime Video
Al dramaturgo Martin Mc Donagh se le da bien el cine, pero no deja de recordar su verdadero yo creando escenas para luego pegarlas con habilidad.
Se vuelve a notar aquí el síndrome del Oscar, otorgado a su anterior trabajo Tres carteles en las afueras, que también se le notó a Sorrentino en La Juventud, tras ganarlo con La Gran Belleza: hacer lo que les da la gana en la siguiente cinta, con mucho presupuesto y sin nadie que le ponga freno o tire algo de la rienda. Es decir, se les va la mano creando.
Dos amigos del salvaje oeste irlandés, la región de Galway, dejan su amistad y de hablarse mientras en la Isla Grande (sic) suenan imparables los cañonazos de la guerra de independencia irlandesa de la década de los veinte. Violencia, música, testadurez, ruido y furia, amor por los animales, una mujer que toma la única decisión razonable de la película y la única que lee, y una hécate que pronostica los muertos y las desgracias; de ahí el título original, La Banshee (hécate de la mitología gaélica) de Inisherin, que podría ser el reverso tenebroso del Innisfree de The quiet man del americano-irlandés John Ford.
La pareja de actores se reencuentra después de la maravillosa Escondidos en Brujas para dar otro recital, amenizado por una banda sonora sobresaliente, lo que siempre está garantizado en una cinta irlandesa. El paisaje irredento de Galway y sus atardeceres está muy bien fotografiado.
No vendría mal por estos pagos vascos una reflexión valiente sobre sus habitantes y su historia como la que hace Martin Mc Donagh sobre una tierra que tengo por una de mis patrias, todas casi delicuescentes, en la que Irlanda triunfa merced a su whiskey, su Guinnes y su música, interpretada en pubs somnolientos por almas en pena, ahogadas en melancolía.
alfonso