miércoles, 4 de noviembre de 2015

Truman

Un campo minado... de bombas trampa
 Dir. Cesc Gay
Act. Javier Cámara, Ricardo Darín,  y el cameo de José Luis Gómez


España-Argentina, 2015, 108 minutos
Un campo minado... de bombas trampa
Con tanta escena lacrimógena se olvidaron de la historia. Con tanto morbo pegajoso, más babeante que el perro protagonista, harán llorar a los octogenarios que poblaban la sala en esta ridícula fiesta del cine, en la que entregas tus datos por tres euros de descuento y te gastas seis en las palomitas y la Coca Cola king size, pero aburren a los sesentones en ciernes, acostumbrados a historias de despedidas eutanásicas y definitivas  menos charcuteras.

Se trata de una acumulación -contada con mucho oficio-, de escenas delirantes donde se lleva la palma la de la elección por el muerto in pectore de la urna crematoria, aunque tampoco desmerece la del médico; la del hijo que sabe que su padre va a poner fin a sus días pero calla; la de la petición de perdón al que le pusiste los cuernos y los lleva con resignación cristiana, la del consejo del veterinario para que el perro pase el duelo de la pérdida... 

Me quedo con la de José Luis Gómez y la de las lesbianas adoptantes de ruso neurasténico porque tienen un poco de gracia y algo de mala baba.

No me puedo imaginar el producto final sin el concurso de estos dos actores.

Y al cada día más mercenario Cesc Gay le recordaría que no hay mayor emoción que no experimentar ninguna.

Y si te sorprende, a traición, a mansalva, un sentimiento que no puedas capear, como por ejemplo el primer verso de Hello de Adele y te golpea en el agujero que tienes por alma hay que tener a mano un antídoto directo, un alcohol sincero y expeditivo como el tequila con el que cauterizar los síntomas y librarse de ellos como de la vida: en minutos y a gollete.
alfonso