Dir. Joaquim Trier
Reparto: Renate Reinsve, Stellan Skarsgård, Inga Ibsdotter, Elle Fanning...
Noruega, 2025, 135 minutos
Mi padre me mira con ojos de hielo
Vale que Joaquim haya tratado de extender un tapiz dramático con referencias al inmarcesible Ingmar Bergman, que tiñera nuestra adolescencia de cine club de colegio de melancolía y algo de aburrimiento, aunque algunas de sus imágenes persistieran en el tiempo, -ese reloj sin manecillas de Fresas Salvajes-, pero incomoda y aburre que tarde 45 minutos de metraje para entrar en materia.
Un director de cine que odia el teatro, (sic), plantea a su hija favorita ser protagonista en su próxima película, donde también actuaría el niño de su otra hija. Ambas se niegan y el padre opta por una artista de Hollywood que se pierde en los vericuetos del existencialismo escandinavo. O tratando de pronunciar Affeksjonsverdi, el "valor del afecto", título original.
Luego la película se desliza por los recuerdos algo alborotados de la ocupación nazi de Noruega, el suicidio de la madre y otros letales acontecimientos.
No hay nada peor que un padre manipulador para las hijas y el personaje al que da vida, -algo de vida-, Stellan Skarsgård, es un maestro, y ambas sucumben a su carisma y por supuesto hacen todo lo que este les impone tan dulce y venenosamente.
Edipo rey. Vaya si reina.
alfonso