domingo, 28 de septiembre de 2014

La entrega

La entrega
 Dir. Michael R. Roskam
Act. Tom Hardy, James Gandolfini, Noomi Rapace...



EE.UU 2014, 106 minutos

La cara oscura de la luna
No es el Nueva York de Woody Allen, ni el plató de cine tantas veces reseñado que llevamos cargado en la memoria RAM, son los callejones mugrientos y las casas unifamiliares de Brooklyn, sucias por la nieve y la corrupción cotidiana, que albergan una violencia callada que hace que la película pueda llegar a ser desagradable.

Reciente premio en San Sebastian al mejor guión, muy en la línea turbia de Dennis Lehane, Adiós pequeña, Mystic River, Shutter Island... vuelve a rendir culto al héroe esquinado de pocas palabras, -su vocabulario no debe llegar a las 500-, como el cretino, palillo en la boca, cazadora con escorpión amarillo, de Ryan Gossling en Drive, pero aquí le salva la interpretación poderosa de Tom Hardy, que se consagrará cuando haga un personaje distinto a esta y al de la magnífica Locke. También Gandolfini y Rapace pagan tributo a sus personajes haciendo de ellos mismos, el gordo por última vez desgraciadamente.

No es posible que Lehane trabaje tanto en películas, series y novelas sin su equipo de negros, esos que en inglés se llaman ghost writers, escritores fantasmas, pero se mueve como pez en el agua en las partes más sórdidas de las ciudades, su Boston natal y ahora Nueva York. Es una pena que haya dejado de lado sus historias sobre los anarquistas de principios del siglo XX exterminados por la represión, como Sacco y Vanzetti.

Como marca de la casa, el héroe taciturno protege a seres frágiles, casi siempre, tirando de tópicos, a mujeres. En esta lo hace además con un cachorrito. Lástima que, como el vecindario, sea de raza Pit Bull.

alfonso

domingo, 21 de septiembre de 2014

Medida por medida


Cheek by Jowl
De William Shakespeare, Teatro María Guerrero.
Compañía Pushkin de Moscú, Cheek by Jowl

Dirección Declan Donellan; Escenografía: Nick Ormerod.

Act. Alexander Feklistov, Anna Khalilulina, Nikolay Kislichenko, Andrei Kuzichev, Anastasia Lebedeva, Ivan Litvinenko, Alexander Matrosov, Elmire Mirel, Valery Pankov, Alexey Rakhmanov, Yury Rumyantsev, Peter Rykov, Igor Teplov


Shakespeare, más vivo que nunca
Quizá sea por la impecable dirección y puesta en escena por los dos magos actuales del teatro, Declan Donnellan y Nick Ormerod, uña y carne, -Cheek by Jowl-, desde 1981 para hacernos disfrutar del mejor teatro, que es decir el del Bardo y otras hierbas menos prodigadas.

Esta vez han escogido a otra compañía rusa, el Teatro Pushkin de Moscú, un grupo de actores de otra galaxia, eslava para más señas, para montar una obra purísima, comedida, emocionante, amparada por el genio y el trabajo incansable de los rusos donde su profesión es de las más admiradas, más la excepcional dirección y puesta en escena del dúo británico, siempre en vibrantes tonos púrpuras y con una iluminación excepcional.

Será que se están haciendo mayores, como se está haciendo sin duda el que esto firma, pero contienen más el nervio y mueven a sus actores pensando en el patio de butacas, con menos fuego y relámpago, y será también que saben que la compañía responde como un auténtico mecanismo de relojería donde se esconden trece corazones que les hacen bailar, llorar, moverse como un coro griego y mirar de tú a tú al respetable con inaudita sinceridad, en este largo comienzo de gira para el que han elegido Madrid.

La prosa inimitable del Bardo sobrevive a la mala traducción de los sobretítulos para contarnos una historia de corrupción que tiene 400 años justos y que dice la prensa rusa que refleja nítidamente la monarquía de Putin. Será que no conocen España...

Son sólo tres días, pero volverán, como hacen siempre. Aquí les esperamos la pequeña legión de rendidos, subyugados, incondicionales.
alfonso


viernes, 19 de septiembre de 2014

Boyhood

Boyhood the film
 Dir. Richard Linklater
Act. Patricia Arquette, Ethan Hawke, Ellar Coltrane...




EE.UU, 165 minutos




Para: marujas y teleadictos
Telerrealidad americana
Aviso, el tráiler engaña. Uno se imagina un recorrido por 12 años por la vida de un niño y se encuentra una especie de Gran Hermano totalmente plano, con poca vida dentro, que juega al morbo y al insaciable cotilleo de esta sociedad, voyeurista de todo aquello que no tiene realmente importancia. Además, claro, en clave estadounidense, texano para más mortificación.

Acabas cansado -165 minutos, ojo-, de tanto cool, tanto great, awesome y cute, y otros adjetivos sin lustre repetidos hasta la náusea. No falta de nada, ni el regalo del rifle y la biblia, ni las loas a Obama, ni los borrachos maltratadores, ni la pick up -lo único que realmente siempre me ha dado envidia-, instituto, college y despedida del nido materno.

Está bien contada porque son americanos y la tele la han inventado ellos, con muy buenas transiciones entre las diferentes etapas y supongo que la música a ellos les tiene que hacer cosquillas en el alma.


Pero aburre, a pesar de la evolución física del protagonista. Aunque para ver eso yo me quedo de largo con la evolución de las Brown Sisters de Nixon Nicholas, que atrapa vibrando en sus marcos las vidas de cuatro hermanas a través del tiempo. Ese que definió Mastroianni un poco antes de morir: "La vida es un levísimo paseo".
alfonso

Brown Sisters

jueves, 18 de septiembre de 2014

El largo viaje del día hacia la nohe

Dulces venenos irlandeses
De Eugene O'Neill
Teatro Marquina

Dir. Juan José Afonso, versión de Borja Ortiz de Gondra

Act. Vicky Peña, Mario Gas, Alberto Iglesias, Juan Diaz, Mamen Camacho.
Dulces venenos irlandeses
¡Pobre Eugene! Escribiendo sobre sus tiernos fantasmas familiares y prohibiendo que se estrenara la obra hasta los veinticinco años de su muerte. Con una primorosa escritura, por cierto buena versión en castellano, pero sin la gravedad existencial de Ibsen, ni la losa determinista de Chejov y los rusos.

Ya se sabe que los irlandeses son inmunes al psicoanálisis -no se abren ni se rajan-, y son duros como el pedernal porque están acostumbrados a que todo salga siempre mal, ya que San Patricio echó a las serpientes de la isla esmeralda pero se olvidó de unas alimañas mucho más dañinas, los british.

Y son tacaños, borrachuzos, pendencieros, pero en el fondo sencillos y románticos. Poco importa que la familia del dramaturgo fuera un nido de borrachos con una madre morfinómana y un niño muerto prematuramente, encerrados en una casa de campo junto al mar en la que no levanta la niebla ni ceja la sirena del faro.

La obra se contagia del ajado terciopelo del Marquina, de su barrio burgués vecino de la Audiencia y una comisaría y así, templa las actuaciones, pule la puesta en escena, adormece el ruido y la furia. Todos están bien, perfecta Mamen Camacho, en su papel los hijos, muy blandita Vicky Peña sin recrear convincentemente su personaje, tan frágil y tan tierno, y prodigiosa la dicción de Mario Gas, especialmente cuando está borracho.

Pero como les hace decir a sus personajes mirándose los unos a los otros a los ojos: "Siempre nos hemos querido y nos querremos. Más vale que recordemos eso y no tratemos de remediar las cosas que no tienen remedio, las cosas que nos ha hecho la vida y que no podemos explicar ni disculpar".

Además de utilizar un poco de whiskey y algo que le falta al autor y a su paisanaje: sentido del humor.
alfonso

viernes, 12 de septiembre de 2014

El hombre más buscado

 Dir. Anton Corbijn
Act. Philip Seymour Hoffman, Willen Dafoe, Robin Wright, Daniel Brühl...






Reino Unido, Alemania, 2014, 122 minutos






Para Pesimistas (Es decir, optimistas bien informados)

Su última reverencia en el escenario
Mejor despedirse con una obra mayor como esta en la que tiene un protagonismo absoluto a la vez que devora a todos los otros actores, a pesar de su talla, excepto quizá a Robin Wright. Este papel le tuvo que pesar en el alma cierto tiempo hasta poder deshacerse de él. Si es que llegó a hacerlo.

Una historia de espionaje a la antigua de la mano de John Lecarre, en la poderosa ciudad de Hamburgo, trufada de buenas intenciones, como casi todas las novelas del británico del MI6, algo ingenuas y más ahora que la CIA ha realizado el mejor publirreportaje en contra de los yihadistas con todas esas barbaridades, decapitaciones y crucifixiones. Quizá se les haya ido un poco la mano, y si las hubiera filmado Stanley Kubrick como dicen que hizo del aterrizaje en la luna, sin duda serían más brillantes y más convincentes, para oscurecer con más tino los cientos de niños muertos en Gaza y demostrar al mundo la, -por otra parte auténtica-, calaña de los "combatientes islámicos".

Realmente no haría falta toda ese atrezzo para convencer de lo evidente, que las religiones, incluido el budismo (véase Sri Lanka en el último conflicto contra los tamiles), son basura feudal para retardados que da cobertura divina a los peores instintos del ser humano.

Como tampoco haría falta esta gran película para sentirnos una vez más huérfanos y desdichados tras la muerte de un ser tan generoso en pantalla, capaz de darlo todo aún a costa de cabalgar ese caballo. 

Como despedida la canción de Tom Waitss que tanto le gustaba y que cierra la película, Hoist that rag. Nunca mejor dicho.
alfonso

sábado, 6 de septiembre de 2014

El amor es un crimen perfecto

Paisaje de los Alpes con cretino al fondo
 Dir. Hermanos Larrieu
Act. Mathieu Amalric, Karin Viard, Maïwen...

Francia, 2013, 110 minutos

Para: francófilos, bob@s y profesores gafes de literatura
Paisaje de los Alpes con cretino al fondo
A caballo entre el publirreportaje de los Alpes y Lausana y total despropósito con mezcla de géneros, es capaz de hacer malo a un actor tan sobresaliente como Mathieu Amalric, probablemente por la mala dirección.

La mezcla se basa en un poco de Hitchcock, algo de psicología barata con incesto incluido y malos tratos familiares; cuarto y mitad de hombre lobo, Caperucita, y bastante sexo algo desperdiciado, con ese toque que antes definiríamos como chic y ahora simplemente como gabacho.

Ya en la primera escena nos brindan casi un spoiler con la aparición de un lobo en el recodo de un camino de alta montaña mientras el protagonista mira a su acompañante con cara aviesa.

Adaptación bastarda de una novela que elucubra con eso también tan franchute como l`amour fou jugando con las obsesiones de un profesor de literatura con el paisaje, -ese que ha subvencionado con largueza la región de Alpes Rhone-, y la pérdida del yo.

Increíble, infumable, casi intragable, al título le sobra la palabra "perfecto" para autodefinirse. El amor es un crimen, cierto, y esta película un asesinato. 
alfonso


miércoles, 3 de septiembre de 2014

Belle

Raza, sexo, clase

Dir. Amma Asante.
Act. Gugu Mbatha-Raw, Tom Wilkinson, Sam Reid, Miranda Richardson
Reino Unido, 2013, 104 minutos

El tráiler (Introducing Miss Gugu)

Para: románticas o socialoptimistas


Raza, sexo, clase
La película parte de dos hechos históricos, un cuadro de 1799 donde aparece una joven mulata que no es sirviente y la masacre del Zong, un barco negrero holandés que tiró por la borda a su "cargamento", 142 esclavos, para cobrar el seguro, lo que sirvió de detonante para una campaña abolicionista que acabaría con el tráfico de esclavos casi treinta años más tarde.

A pesar de que la película abusa de ropones, pelucas y talco en detrimento de la verosimilitud y su música omnipresente es algo irritante, ilustra con claridad sobre los conflictos de raza, sexo y clase, perfectamente imbricados en la sociedad mercantil precapitalista inglesa. 

Como siempre, se opta por una visión "buenista" del abolicionismo, que no hacía más que movilizar y manipular con su pegajosa literatura, al estilo Podemos, la necesidad de una mano de obra más cualificada que requería la revolución industrial que se estaba gestando, a la vez que al suprimir el tráfico de esclavos en los mares creaba una situación de desamparo y subordinación de las economías de la periferia al privarles de su mano de obra.

Buenas actuaciones de los grandes actores británicos, y damos nuestra más cordial bienvenida a la Señorita Gugu, (en el cartel) augurándole un brillante porvenir al alegrar las pupilas, desmesuradamente dilatadas, del respetable.
alfonso