viernes, 26 de agosto de 2016

Star Trek: Beyond

Start Trick
Dr. Justin Lin
Act. Chris Pine, Zachary Quinto, Zoe Saldana...





EE.UU, 2016, 122 minutos














Start Trick
Poco queda del espíritu original de Gene Roddenberry de cosmopolitismo, inquietud, curiosidad y respeto sustituido aquí mutatis mutandis por el habitual estilo imperial militar, con naves que recuerdan portaviones, héroes militares, y conquistas fronterizas forzándolas más allá, de ahí el título original. Incluso utilizan, como hicieron con Noriega en Panamá cuando se refugió en la nunciatura vaticana, la música heavie para destruir el ejército enemigo.

Start Trick
Poca imaginación, con sólo un par de aciertos, el maquillaje de Sofia Boutella, -cuidadín con el apellido-, realmente hermoso y las naves volando como un ejército de estorninos, que puede hacer referencia implícita a las amenazas de los lobos solitarios, vengan de donde vengan, ya sea de Arabia Saudí, la madre de todos los yihadistas, o de la profundidad de la autodestructiva y paranoica sociedad gringa.

Poco más para una tarde de verano con una cartelera desoladora: muñecos de látex, maquinitas, luces láser, ruido y aire acondicionado.

Bueno, sí, Mr Spock prácticamente quiebra el código vulcano Kolinahr, que aquí llamamos alexitimia, al estar a punto de tener una erección. A puntito...
alfonso

viernes, 19 de agosto de 2016

El caso Fischer

El genio contra la máquina
Dir. Edward Zwick
Act. Toby McGuire, Liev Schreiber, Peter Sarsgaard...


EE.UU. Canadá, 2014, 115 minutos


Título original: Pawn Sacrifice















El genio contra la máquina
Lástima de película blandita y grisácea para un personaje fascinante que se volvía loco con el ruido como es natural, y se enfrentó a la máquina soviética ajedrecista pero también al sistema americano protagonizado aquí por Henry Kissinger y sus intereses durante la Guerra Fría.

De ahí el título original Sacrificio de Peón, que describe acertadamente lo que hicieron con un genio desequilibrado en aras a apuntarse un tanto en la confrontación que en aquel momento estaban claramente perdiendo -Vietnam, China, carrera espacial, costumbres, música...- que acabaría en su persecución oficial y su exilio en Islandia ya completamente fuera de sus cabales.

El personaje, aunque correctamente interpretado, no tiene perfil ni contorno, ni se nos cuenta, aparte de algunas pinceladas gruesas sobre su padre ausente y su origen judío, la posible génesis y evolución de su psicosis y delirio. Todo lo demás sigue siendo correcto, guión, secundarios, música, ambientación, pero precisamente choca esa normalidad con el genio inmarcesible de Bobby Fischer, que, dicen los expertos, jugó la partida más sobresaliente de la historia.

Menos mal que el jugador no se exilió en este obtuso país de ruido y furia con su narrativa a cargo de un idiota. 

Porque no hay mayor lujo que el silencio...
alfonso

martes, 16 de agosto de 2016

Regreso a casa

Regreso a casa
Dir. Zhang Yimou
Act. Gong Li, Chen Daoming, Huizen Zhang...


China, 2014, 111 minutos

















De la Revolución Cultural al todo a cien
La venden como un regreso del director, Zhang Yimou, a sus esencias de Sorgo Rojo, La semilla del crisantemo  o ¡Vivir! Y además vuelve a filmar con su antigua musa, -¿por qué se escribe musa cuando se quiere decir amante?-, y actriz fetiche de muchas de sus antiguas películas. 

Luego se pasó al lado oscuro y empezó a filmar la versión hollywoodiana de las películas de acción en clave wushu, -artes marciales chinas con efectos americanos-, como Hero o La casa de las dagas voladoras, para acabar firmando la vergonzosa y robótica ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008.

Sin embargo no se aparta ni un ápice del Partido para contarnos la historia de un intelectual purgado en la Revolución Cultural, delatado por su hija que quería un papel de heroína en el ballet patriótico del Batallón de Mujeres Revolucionarias. Su esposa no le reconocerá a su vuelta al cabo de veinte año, dícese rehabilitado.

Todo contado con un estilo que derrocha vaselina, con una música meliflua hasta hacerte saltar la bilis y unas caras de la buena (en todos los sentidos) de Gong Li que llama a lástima o a vergüenza ajena, aunque hay que decir en su descargo que nunca se vendió al cine occidental a pesar de las múltiples ofertas. Se la puede ver en Miami Vice de Michael Mann, una de sus pocas concesiones al dólar en una película espléndida, por cierto.

Hay que tener cuidado con lo que se desea porque puede hacerse realidad. Jugarse la vida y la dignidad para acabar siendo dependiente de una tienda de Lavapiés es como participar en una revolución que termina por parecerse a un neosomocismo meapilas.

Sic transit gloria mundi... Otro tequila, por favor.
alfonso