martes, 22 de abril de 2025

El club

El club de los curitas muertos
Dir. Pedro Larraín
Act. Alfredo Castro, Roberto Farías, Antonia Zegers...


Chile, 2015, 97 minutos

Filmin













El club de los curitas muertos
(Vista en 2016, revisada el 21 de abril de 2025, amerita una revisión)

Cuatro curas y una monja que les cuida se esconden de la justicia civil en una casa de la iglesia, al sur de Valparaiso. Uno es cura castrense colaborador de la tortura en la dictadura, otro pedófilo, otro robaba niños y los vendía y otro es un demente que no recuerda ni sus crímenes. La monja se compró una niña en África para maltratarla. Es decir, unos auténticos profesionales.

Cuando llega otro cura pedófilo le persigue una de sus víctimas desde niño, drogadicto, enloquecido, una auténtica ruina humana que comienza a cantar sus penas ante la casa logrando que el recién llegado se pegue un tiro. Y entonces llega la "nueva iglesia", uno de esos curas que  en el colegio llamábamos  el "cura colega", que tocaba la guitarra, tenía halitosis y jugaba al fútbol.

Con una fotografía áspera, brumosa y un pelo desenfocada en un paisaje gris de mar Pacífico en invierno y sin un solo color contrastado, Pedro Larraín, director también de No, nominada al Oscar, nos cuenta una historia sórdida hasta la arcada, que no ahorra detalles, a cargo de unos intérpretes de la escuela chilena de teatro. Magníficos, pero que han debido pasarse una temporada en un balneario del alma, por ejemplo un pub irlandés, solitario y sin música, para librarse de sus personajes. 

Lástima de final, porque no puede haber perdón para los malvados -menos si son curas-, y algunos creemos en la justicia y ciertamente en el poder catártico de la venganza.

La estrenaron en octubre y no quise ir a verla entonces, me parecía de una negrura extrema. La primera sensación es siempre la buena.
alfonso



domingo, 20 de abril de 2025

Parthenope

 

Dir y guion: Paolo Sorrentino

Reparto: Celeste Dalla Porta y Gary Oldman

Italia, 2024, 136 insoportables minutos






Pizza de spaghetti
Aguanté la intragable película del napolitano hasta el minuto 29 con 30 segundos. Exactamente hasta que salió Gary Oldman con cara de cretino desnortado y con  ínfulas de fauno en celo tras la ominipresente actriz que, como el plato que título a esta gacetilla, se hace indigesta a pesar del bikini sesentero y los ojos de cierva asustada como diría un cubano que pretendiera hacerse con sus favores. 

La deriva hacia los infiernos de este italiano impostado empieza a oler a versión napolitana cutre de un Almodóvar viejuno.
alfonso

domingo, 6 de abril de 2025

Cuando llega el otoño

 

Dirección y guion: François Ozon

Reparto: Hèléne Vicent, Josiane Balasko, Pierre Lotin...

Francia, 2024, 102 minutos

Filmin







Un guion mentiroso en cuarto menguante

François Ozon suele hacer lo que le da la gana, es muy irregular, capaz de lo bueno Frantz, o de lo horrible En la casa. Aquí se dedica a jugar con el respetable con un guion que cambia escenas, la entrada en la casa de la madre del ex preso, dibuja unas relaciones materno filiales del todo increíbles y tonterías puntuales que te hacen frotarte los ojos, la escena del padre putativo amedrentando a los matones del instituto.

No obstante, la película funciona gracias a su naturalismo, -copiado de la novela del siglo XIX y de las películas de Claude Lelouch sobre la burguesía rural francesa-, a una buena dirección de actores y a un cine que fluye como un arroyo de la campiña del Loire.

Dos amigas ya mayores y retiradas de la prostitución lidian con la vida que les queda y con hijos y nietos con desigual fortuna a la espera de un otoño que se les está desplomando sobre sus teñidas cabezas. 

Por una vez el expresidiario resulta ser un tipo agradable que no sabemos lo que ha hecho para acabar así, el nieto desajustado acaba estudiando Historia del Arte, y la muerte llega en medio de un trigal francés, de esos que parecen que acaban de pasarle la bayeta.

Y ahora que también se nos desploma encima no ya el otoño, sino lo más crudo del crudo invierno y vivimos en un entorno rural donde nos juntamos lo mínimo con sus habitantes y lo justo con los gin tonics, no viene mal echar una ojeada al pasado y recordar aquellos días azules y aquel sol de la infancia.
alfonso