de Jacques Perrin y Jacques Cluzaud
La funesta herencia del "Inspector" Cousteau
A ese abuelo perpetuo y cansino que amargaba nuestra infantiles tardes de domingo se deben las imágenes de calamares, ermitaños, anémonas, cangrejos y sepias haciendo cucamonas y carantoñas.
Maravillosas las de las ballenas y los buques en medio de la tormenta. En resumen, fascinan las filmadas por encima de la superficie y aburren las submarinas.
Todo cretino -ahora cretina-, que sube la escalera de su casa o a cualquiera de los ocho catorcemiles o viceversa, se cree en el derecho de contarnos lo que se siente en la cumbre. Esta película acerca a lo que se siente en un velero mar adentro. El que quiera saberlo que pague pasaje o que se enrole...
Obtiene un aprobado alto por la fotografía... pero hay que llevar el dispositivo antigabacho ajustado a su máxima potencia.
alfonso