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Act. Teresa Valentín, Ana Miranda, Noemí Irisarri...
Teatro de la Guindalera
Crímenes por amor al arte
El amor al teatro a veces produce monstruos, bueno, monstruitos. Desde la caótica organización a la sala, calurosa e incomodísima. Pero todo vale si asistiéramos a un poco de talento, a un buen montaje, a una discreta -al menos- dirección. No llega a teatro de colegio mayor, se queda en instituto de bachillerato, y el pobre Wilder se removería en su tumba si escuchase el declamar gangoso y temblón de las ancianas, los gritos del protagonista, la mímica impostada e infantil de los comensales, la anoréxica puesta en escena, el lijar y devastar un texto hermoso que hace que los 65 minutos se hagan eternos.
Y es una lástima, porque el texto, -una larga cena de Navidad donde van pasando los años y las generaciones entre tenues conversaciones teñidas de gris-, es bueno, y se aprecia el cariño que han prestado los 11 actores aficionados por poner en pie la obra y el esfuerzo del Teatro de la Guindalera, puro teatro de barrio, antaño poblado de guindos, hoy de humos y ladrillo.
alfonso