Guion John Mazin
Reparto: Jared Harris, Stellan Skarsgård, Emily Watson...
EE.UU.& UK, 5 episodios de 1 hora aprox, cada uno, HBO
El poder de la mentira
Por una vez y sin que sirva de precedente reseñamos una serie -cine para tontos-, por su calidad e interés, tanto de la historia, como por la forma de contarla con pequeñas subtramas paralelas que son melancólicamente maravillosas, como la de la anciana ordeñando a su vaca, el pelotón de aniquilación de mascotas o el retrato de los mineros que excavaron el túnel.
Además de una fotografía y una ambientación, -en un barrio genuinamente "soviético" de la actual Lituania, en Ucrania y en la central gemela de Ignalina también lituana-, fabulosas, así como sus interpretaciones, particularmente la gélida presencia de Stellan Skarsgård.
La historia la conocemos. Yo estaba ese día en la sede de AEDENAT, el grupo ecologista que hoy se denomina Ecologistas en Acción, y el ecologista (sic) que cogió el teléfono, tras escuchar un buen rato, exclamó: "Con suerte habrá muchos muertos, necesitamos mártires".
Al final, la serie reduce la historia a una serie de errores humanos motivados por la búsqueda de un reactor lo más barato posible, rodeada y trufadas de las habituales mentiras soviéticas en boca de los burócratas más patosos del orbe. Esos que ahora campan por sus fueros en boca de los populistas y que la gente traga sin el más ligero carraspeo. Es decir no cuestiona la energía nuclear, ni que semejante amenaza al género humano para la eternidad puedan gestionarla inútiles y fulleros, y lo que es peor, políticos.
Además está teñida de esa suave melancolía chejoviana y esa otra bonhomía tolstiana que impregnan el alma eslava. Junto con un vodka excelente, claro.
O sea que Zdorov'ye, a la salud de todas las víctimas de Saturno, hijos de una revolución pisoteada. Como todas.
alfonso