domingo, 27 de julio de 2025

Oh, Canadá

 

Dirección y guion: Paul Schrader

Reparto: Richard Gere, Uma Thurman, Jacob Elordi...

EE.EE. 2024, 95 minutos,

Movistar Plus







Oh, los recuerdos

Reencuentro del director y el actor tras la maravillosa American Gigolo de 1980. Un director y guionista de la talla de Schrader consigue que un actor tan mediocre como Richard Gere se comporte como una gran estrella y arrastre a otra actriz del montón como la Thurman a mirar a cámara como si -efectivamente- no existiera un mañana, mientras su marido cuenta su vida aquejado de un cáncer terminal.

Solamente Schrader podría contar la historia personal de uno de aquellos miles, unos 60.000, de conscriptos obligados a ir a una guerra en tierra salvaje para luchar, dicen, contra el comunismo, y que acabaron desertando a Canadá. Y lo hace utilizando la magia en lugar del patetismo, las elipsis en lugar del dramatismo y la culpa en lugar del neocatólico heroísmo de izquierdas.

Decíamos ayer en Mishima, que Paul Schrader "es uno de los mejores guionistas del cine. Suyos son Taxi Driver y sobre todo Yakuza, donde se refleja su amor por Japón y su cultura. Le fascinan los personajes oscuros, contradictorios, encandilados con la muerte como solución final a sus continuas dudas".

Los gobernantes -es un decir-, estadounidenses tomaron nota del movimiento contra la guerra en los 60-70 y a partir de ahí crearon un ejército profesional y terminado el conflicto. 

Aquí, los tiparracos de la ceja (sic) montaron un remedo de movimiento contra la guerra (de Irak) y luego convenientemente untados y enchufados se olvidaron de todo, excepto alabar al Amo y pasar por caja.

Pero volvamos a la película y sus vericuetos. En efecto, los recuerdos son una droga. 

Casi letal al filo de la vejez.

alfonso



lunes, 14 de julio de 2025

Aún estoy aquí

 

Dir. Walter Selles

Reparto: Fernanda Torres, Selton Mello, Luiza Kosovski

Brasil, 2024, 137 minutos








Las familias felices sonríen siempre en las fotos
Una película fallona, con unas escenas muy desagradables de cárcel y torturas y otras ingenuas y dulzonas para intentar dar una imagen contrastada de familia feliz con muchos hijos de progres, tan melifluas como la Bossa Nova, destacando para mal el entierro del perrito y las fotos playeras diciendo "patata".

De la dictadura brasileña sabemos menos que de las más carroñeras de Chile o Argentina. Duró más de veinte años, hubo mucha represión, aunque la cifra de muertos y desaparecidos fue más baja que las anteriores; todos lo militares fueron auto amnistiados, y dejó una autopista abierta en su clase media -y las clases populares lideradas por los evangélicos-, para que renaciera en forma del siniestro payaso carioca Bolsonaro.

A su actriz principal, Fernanda Torres, se la ha alabado mucho con nominación incluida al Oscar, aunque al que suscribe le parece áspera, desdibujada y anodina en su retrato de joven esposa burguesa con cinco hijos que retorna a los estudios frisando los cincuenta. Tampoco se abunda en la foto de la dictadura y sus secuaces.

Sin duda es una película interesante para contemplar mucho antes de dormir para que las escenas del desaparecido no perturben la dificultosa tarea de conciliar el sueño al filo de los setenta.

Afortunadamente la banda sonora prescinde de la pegajosa Bossa Nova  de Vinicius de Moraes y otros perpetradores de mezclas tan estrafalarias de jazz y samba carioca que definitivamente sí podrían haberte amargado la noche con sus ritmos pegajosos y sus trinos edulcorados.
alfonso


domingo, 13 de julio de 2025

Pequeñas casualidades

 

Dir. Olivier Treiner

Reparto: Lou de Laage, Raphael Personnaz, Isabelle Carré...

Francia, 2015, 122 minutos

Amazon Prime Video








Torbellinos de la vida hacia ninguna parte
¿Quién no ha fantaseado cómo hubiera sido su vida si...? Pues de esto trata la película, aunque como casi siempre buenas ideas se acaban traduciendo en malos desarrollos, como los fuegos artificiales de Pamplona que ayer se tiraron todos de golpe, dicen que por un problema informático, aunque uno opine que el problema era la cantidad del vinazo ingerido por el responsable.

La actriz fundamental de la película, la que da vida al guion y la vertebra, es una francesa muy francesa que interpreta todos los papeles posibles sin alterar no más que su peinado que como dicen los mexicanos de todas las mujeres "si tienen el pelo chino, lo quieren liso y si lo tienen liso lo quieren chino". 

La joven va diseñando todos los posibles episodios de su vida combinando las diversas posibilidades que le hubiera brindado su vida si hubiera optado por sendas alternativas.

Pierde fuelle, como la vida misma, en la última media hora del metraje, donde ya los sueños del espectador se han marchitado, sus recuerdos se han desvanecido y el deseo yace exánime tras apurar el penúltimo whiskey y contemplar cómo la vida no promete ya nada tras haber prometido anteriormente bien poco.

alfonso


jueves, 10 de julio de 2025

The Alto Knights

 

Dir. Barry Levison

Act. Robert De Niro (X2), Debra Messing...

EE.UU. 2025, 122 minutos








Aburridísima mafia
Tanto clasicismo empacha, Robert de Niro con sus tics archiconocidos, Barry Levinson con sus 56 películas al servicio de Hollywood, con un elenco de secundarios de miradas desbravadas, dentro de una ambientación notable que tan bien saben hacer los gringos de los años 60, ¡qué caravana de Cadillacs relucientes! y una fotografía como los caldos de pollo de supermercado, correctos pero aguachinados e insípidos.

Cuenta la historia de dos amigos que devienen enemigos tras montar un imperio mafioso de altos vuelos en la América de la Prohibición. Como dicen en la cinta, "cómo es posible que unos italianos famélicos, semianalfabetos que desconocían el idioma y sin un dólar en el bolsillo montaran una organización mafiosa tan apabullante".

Desde luego, la mafia hispana, de Jesús Gil a Luis Roldán, de los Pujoleti del Liceu a Ábalos, -el único con auténtica cara de sicario-, para rematar con el aizkolari lumpen putero, nunca podría haberlo hecho. Unos descienden de Calígula y Nerón, de las tropelías del imperio romano y de los finísimos envenenamientos del Vaticano, y otros de los curas, vagos, mendicantes tiralevitas y porqueros de finales del siglo XV, arrimados a la venta de indulgencias plenarias y la especulación inmobiliaria en Torremolinos. 

Aunque todos revestidos de la guardarropía católica romana, manca finezza, o sea, no hay color.
alfonso