lunes, 19 de agosto de 2019

Kursk

Dir. Thomas Vinterberg
Reparto: Matthias Schoenaerts,  Léa Seydoux,  Colin Firth,  Max von Sydow...

Bélgica 2018, 117 minutos














Incompetencia, corrupción y leninismo
El Estado comunista es como la banca en el casino, siempre gana a costa de los seres humanos, ya sea en Stalingrado, en la toma de Berlín o en el interior de un submarino hundido. Las personas solo sirven a una causa, la causa del cretino de turno, claro, ofreciendo su vida a espuertas, desde los procesos de Moscú, a los millones de muertos tirados a la cuneta de la historia sin ningún miramiento para acabar asaltando los cielos (de Galapagar) o votar la investiblanda de un tal Sánchez.

Esa es la mejor aportación de una película más fría que la popa del mastodonte que se hunde en el mar de Barents y que pese a ser una tragedia casi griega en uno de los artilugios más tétricos y fascinantes que ha creado el ser humano no emociona ni angustia. Claro Colin Firth con su eterna cara de pena no da la talla aunque bien podría aprender del casi cameo del extraordinario Max Won Sydow. Vamos, que se nota que la película es belga, de ese país infecto que tan bien retrató Martin McDonag en Escondidos en Brujas

Más vale leer el libro de Robert Moore y asistir a las intrigas protagonizadas por el sátrapa de turno, un Putin recién llegado a la Nomenklatura y su camarilla, ambos desaparecidos en la película. 

E imaginar lo que se siente a 100 metros de profundidad y 4 grados centígrados que ver a los marineros de la muy gloriosa Armada soviética cantar canciones marineras en ¡inglés! Vade retro.
alfonso