Dir. Yojiro Takita
Act. Masahiro Motoki,Tsutomu Yamazaki
Los japos también lloran
Y pretenden que lo haga media sala de los Alphaville, taquilleras incluidas, con una película más cursi que las peores de Almodóvar, que ya es decir. Oscar a la mejor película extranjera, no podía decepcionar al Hollywood más meloso y reaccionario con la historia de un amortajador, mezcla de Raphael y Chiquito de la Calzada, vestido con un traje negro comprado en un outlet de Marks&Spencer.
El prota le va cogiendo gusto a eso de poner a los muertos guapos antes de pasar por el horno, mientras el guionista adereza la historia con algo de música clásica con raíces, humor amarillo, fotografía pastelosa, machismo empalagoso, -la escena del regreso de la esposa, contenta de estar embarazada y fregarle los platos al marido haría revolverse en su tumba a Simone de Beauvoir aunque estuviese embalsamada con hormigón-, y un discurso casposo-reaccionario sobre los padres que abandonan a los hijos.
Como se demuestra al final, una auténtica pedrada que combina lo peor del melifluo de Richard Gere con la ideología de Pepe daRosa.
alfonso
