viernes, 17 de abril de 2015

Lost River

París, Texas, Detroit
Guión y Dirección: Ryan Gosling
Act. Christina Hendricks, Matt Smith, Saoirse Ronan, Eva Mendes...



EE.UU, 2015, 95 minutos
París, Texas, Detroit
El tema de las madres solteras en EE.UU, o mejor dicho, de los hijos abandonados por el padre, es todo un género por esas tierras y da para tejer tontunas de todos los colores. Como esta, del niño de moda, Ryan Gosling, metido a director estilo David Lynch con perfume Wim Wenders. Parecía que había mejorado en los Idus de Marzo desde el monumento al hortera de Drive, pero aquí juega a enfant terrible, y lo único terrible es, como siempre, la maravillosa Eva Mendes.

Detroit, ese remiendo de urbe distópica, se luce como escenario de la pesadilla capitalista de América, y el fotógrafo realiza un buen trabajo con una selecta gama de rojos y verdes, diríase que sacados por los pelos de Hopper. El montaje la apuntala para que no se derrumbe el chiringuito, y desde luego, las críticas que tuvo en Cannes, inmisericordes, se las merece todas, algo atemperadas, porque desde aquí odiamos cordialmente a Godard y su secuela de críticos franchutes, fundamentalistas de la estructura y el croissant de mantequilla.

Pero, Ryan, muchacho, vuelve a lo tuyo, poner palmito, hacer de Santiago Segura gringo, -palillo en la comisura incluido-, y salvar a esas chicas tan guapas que salvas. Y así, advertidos y prevenidos, daremos un rodeo para no entrar en la sala desde donde nos mires con ese aire entre melancólico y bovino que gastas.
alfonso

viernes, 10 de abril de 2015

Aguas tranquilas

Todo es autobiografía
 Dir. y guión Naomi Kawase
 Act. Nijiro Murakami, Jun Yoshinaga


Japón, Francia, España, 2014, 121 minutos
Todo es autobiografia
Elegante película, obra autoral de la japonesa Naomi Kawase que no tiene empacho en reconocer que está basada en su propia historia y en la tierra de sus antepasados, Amami Oshima, una isla meridional de Japón, semitropical, de exuberante naturaleza y un mar que borda las mismas olas del célebre Kanagawa. Toda la elegancia radica en la delgadez de los cuerpos, la sencillez de los sentimientos y en un vestuario simple como un anillo pero cálido como una lámpara.

Unos adolescentes se enfrentan a su primer amor, la muerte de la madre de ella, el abandono del padre de él y el desapego de su madre, la vejez y los ritos de paso bajo las enormes ramas de un banyan o baniano de 400 años, la luna llena y las danzas de agosto, hasta que llegan los tifones de otoño.

Lástima que peque de cierto milenarismo nipón, demasiada fascinación por la tierra de tus antepasados, como el que practican -con más cabezonería y bastante menos delicadeza- los habitantes del Goierri, las tierras altas de Gipuzkoa, lo que hace que Noami Kawase se revista a veces de un halo de puerilidad y de impostada ingenuidad. Tampoco ayuda el glamuroso final de los dos jóvenes buceando desnudos entre corales, pero al menos alegra la vista con una Nijiro Murakami de delicadísimas facciones y piel más oscura que amarillenta. 

Y, por cierto, lo que no es autobiografía, es plagio.
alfonso

viernes, 3 de abril de 2015

Calabria

Cabreros con pistola
Dir: Franchesco Munzi
Act. Marco Leonardi, Barbora Bobulova, Carlos Bardem...


Italia, Francia 2014, 103 minutos
Cabreros con pistola
Regio Calabria, la puntita de la bota frente a Sicilia, territorio de la 'Ndrangheta, que se basa exclusivamente en la familia, una familia bien engrasada, la única realmente funcional que gestiona sus asuntos a base de navaja y pistola y que sigue alternando el campo y las viñas con la cocaína, las cabras con la trata de mujeres, por supuesto extranjeras, en negocios de prostitución.

El director se ha metido directamente en el avispero, en un pequeño pueblo llamado Africo, nombre a todas luces inspirador del origen por mucho que les moleste a los calabreses, y ha alternado, muy bien por cierto, actores profesionales con los del pueblo, que no han tenido reparos en participar en sus historias de vendetta, asesinatos y trapicheos a gran escala. El director dice que como muestra de disconformidad con ese estilo de vida, yo creo que con orgullo. También la ambientación es real como la vida misma, como el luto, los coches de alta gama, las parabólicas y esa miseria e ignorancia con dinero, auténtico estandarte berlusconiano, que nos es tan familiar.

"Aquí no le fue bien a Garibaldi", dice un protagonista, y al otro lo matan frente a un mapa de Italia. Nada que ver con el Norte milanés, no llegaron a cuajar ni las ideas ni los esfuerzos unificadores del francmasón de camisa roja al que hacen alusión.

Y con pocas esperanzas de que las cosas cambien, más bien hacia atrás; no hay más que ver el caso de México, el Estado se derrumba y la barbarie se enseñorea del territorio.
alfonso

martes, 31 de marzo de 2015

National Gallery

El síndrome de Stendhal


El síndrome de Stendhal
Uno de los mayores placeres es fotografiar un museo o una exposición y en estos tiempos de piratería generalizada de los más vacuos motivos, pocos lo permiten. Por eso es un doble placer ver en pantalla grande y con todo lujo de detalle esta película de Frederick Wiseman. Aunque la pinacoteca no sea una de las mejores del mundo, los clásicos, -de los modernos se pasa de puntillas-, relucen entre las suntuosas salas londinenses: Vermeer, Velaquez, Tiziano, Caravaggio y, claro, Turner.

Bien está que la película abarque todas las actividades posible de un museo, desde restauración a clases para invidentes, marcos de ébano, charlas para niños, presentaciones de cuadros, actividades privadas para millonarios... Pero desgraciadamente sobran muchos metros de texto, pronunciado además en un inglés cultista, tan engolado, pomposo y enfático, como sólo algunos británicos high noose saben perpetrarlo. 

Tampoco destaca la multitud, los visitantes, vestidos sobre todo ellas con esos terciopelos de Mark & Spencer que deberían impedirles la visita. Y es una lástima, porque iluminan las salas de los museos, con caras arrobadas y solitarios comentarios murmurados entre dientes.

Y el remate de los dos bailarines clásicos ejecutando una pieza entre dos cuadros de Tiziano tampoco me parece que venga a cuento, pero no hay que fiarse de la opinión de un enemigo, lego pero irreductible, de la danza, el mimo y las performances.

Aún así, un disfrute absoluto de tres horas aunque sin la exageración de Stendhal:
Había llegado a ese punto de emoción en el que se encuentran las sensaciones celestes dadas por las Bellas Artes y los sentimientos apasionados. Saliendo de Santa Croce, me latía el corazón, la vida estaba agotada en mí, andaba con miedo a caerme.
alfonso


sábado, 28 de marzo de 2015

Negociador

Pitxorradikas

Dir. y guión:  Borja Cobeaga
Act. Ramón Barea, Carlos Areces, Josean Bengoetxea...


EH, 2014, 80 minutos
Pitxorradikas de Zuberoa
Historia mínima en clave de humor de la negociación entre Eguiguren por parte del PSE y miembros de ETA, entre ellos Thierry, en tierras del Norte con el carácter festivo que impone Cobeaga a sus trabajos en ETB, Vaya semanita y sobre todo PagaFantas. A esa película le debemos el famoso gesto femenino de La Cobra, practicado por las mujeres a lo largo y ancho de este mundo, particularmente en Euskadi donde ligar es una auténtica hazaña, que no se debe a su natural malicia y perversidad (del ofidio), sino a la tendencia a no dejarse besar, por lo menos a la primera y siempre bajo promesa de matrimonio.

Aquí se trata de contar el principio del fin del conflicto vasco tratándolo con naturalidad, señalando los tópicos, casi siempre ciertos, y dibujándolo como una falta de entendimiento entre miembros de la misma tribu, aunque asentados ambos en diferentes orillas del río.

Tiene algunas escenas impagables, la actuación es magnífica por naturalista, destacando Carlos Areces como Thierry, un personaje ideal para la chanza.

Hoy en día, con las cenizas aún humeando, no se puede hacer más humor con ese tema, pero lo veremos en unos años, cuando acabe la política de la venganza española y pueda volver a ser lo que los vascos quieran, es decir,  el mejor lugar del mundo donde vivir y uno de los peores donde ligar.
alfonso 

viernes, 27 de marzo de 2015

Nina

Vuleven los rusos
Dir. Diego Bagnera

Act. Muriel Sánchez, José Bustos, Jesús Hierónides.

Iluminación: Sergio Balsera
Producción: Raquel Berini

Teatro La Guindalera, Madrid
Vuelven los rusos
O quizá nunca se fueron, pero los prologuistas de la mayor crisis del siglo XX, en vísperas de la Revolución Rusa, parecen prestarse a una renovada atención en el panorama mundial en estos tiempos de profunda crisis económica, social e ideológica.

La Gaviota de Chejov sirve explícitamente de marco a Nina, Premio Lope de Vega 2003 a su joven autor José Ramón Fernández. En efecto, un buen texto con un excelente dibujo de personajes, el mejor el más difícil, el de esa mujer manipuladora y soñadora a la vez, audaz y derrotada, al que quizá se le podrían podar veinte minutos y alguna que otra frase lapidaria. 

Magnífica interpretación de Muriel Sánchez, aterrizando suavemente en el papel tras una entrada un poco subida de vueltas. Compone un personaje nuboso, como esa vida de provincias gallega, entre la nabiza y la niebla pero cierto, porque vuelve para alumbrar la existencia a un cateto que sabe de cine y de libros, pero desconoce la vida. La réplica no es fácil y su pareja parece ausente en muchas ocasiones en que vagabundea por la obra sin escuchar a la mujer que quiere alegrarle las noches y amargarle los días.

Lástima que al final Nina le pida otra frase lapidaria a su hombre, que le diga que no vuelva jamás a ese pueblo desolado. Más le hubiera valido hacer mutis mirando el cielo como la hija de Ryan, admirando el vuelo y la libertad de las gaviotas.
alfonso

viernes, 20 de marzo de 2015

El año más violento

No es corrupción, son negocios
 Dir. J.C. Chandor
Act. Oscar Isaac, Jessica Chastain, Albert Brooks



EE.UU. 2014, 125 minutos
No es corrupción, son negocios
NY 1981, uno de los años más peligrosos. Yo estuve algo más tarde y desde luego se notaba. Como hace un par de años en Madrid. Trapicheos, la inmigración dispuesta a salir adelante como sea, el ambiente pringoso de casi todos los negocios. Tiene razón Javier Ocaña, cuando resalta la influencia en esta cinta del mundo de Sydney Lumet. Aderezada con esa misma fotografía tenebrista de luz oblicua de la ciudad de los rascacielos en invierno, pero además velada por la turbiedad de la época.

Con sus pocas películas, Margin Call y Cuando todo está perdido, J.C. Chandor ya ha dirigido a varios monstruos, Kevin Spacey, Jeremy Hurt, Robert Redford y ahora Jessica Chastain, que cambia de registro para hacer de esposa tóxica, perdón por la redundancia.

Un latino, Oscar Isaac, Inside Llewyn Davis, compra un negocio de gasoil al padre mafiosillo y se casa con la ambiciosa hija. Se resiste a entrar en la violencia intrínseca al bussines, a convertirse en un gangster, pero la estructura funciona así. Como si ahora te metes en política... pongamos por ejemplo en España. O eres corrupto o lo serás. O te lo montarán. No hay inocentes, sólo algunos votantes, el resto ya sabe que vota sólo por el interés. O por el capital.
alfonso

miércoles, 18 de marzo de 2015

Inherent vice

El síndrome del genio... con paranoias
Dir. Paul Thomas Anderson
Act. Joaquim Phoenix, Reese Witherspoon, Benicio del Toro...



EE.UU. 2014, 148 minutos
Infumable... nunca mejor dicho
No creo que la crítica estadounidense dé el palo que merece esta obra y a un director tan genial como Paul Thomas Anderson, capaz de Magnolia o The Master, pero también de Punch Drunk Love, por citar extremos opuestos. Y cuando a un genio se le deja suelto y se lo cree acaban pasando cosas como este bodrio sin gracia que pretende ser una parodia en clave de paranoia de los años 60-70 en la California hippie. Claro que la novela de Thomas Pynchon, un autor interminable -no hay quien se acabe uno de sus libros-, tampoco ayuda.

Sólo Joaquim Phoenix, capaz de prestarse al despropósito de I'm still here, ese falso documental sobre su propia vida como cantante de rap, podría protagonizar esta película en que interpreta a un detective permanentemente colgado de todo tipo de sustancias estupefacientes, particularmente maría, con sus características obsesiones que dan forma a la película.

Las dos horas y pico se hacen eternas y nada se puede destacar. Quizá sí, la traducción, que es literalmente desternillante, al pretender traducir al castellano de los 70 la jerga de la época. Así, traducen también obsesivamente groovy por chachi. Y uno recuerda la canción de Simon & Garfunkel, traducida ahora por Sientiéndonos chachi. Solo falta que añadan piruli. Da grima, como las sandalias de Joaquim.
alfonso



lunes, 9 de marzo de 2015

Calvary

No hay piedad para los malvados
Dir. John Michael McDonagh
Act. Brendan Gleeson, Chris O'Dowd, M. Emmet Walsh, Kelly Reilly...

Irlanda, 2014, 102 minutos
No hay piedad para los malvados
El hermano "malo", John Michael, El irlandés,  ha hecho por fin una película digna de su hermano Martin, Escondidos en Brujas, tirando del actor fetiche de los dos, Brendan Gleeson, al que no he visto ni una sola actuación mala. Una película irlandesa rodada en Sligo, el salvaje oeste de la isla y alrededores de Dublín, con su música,  su Guinnes, Jameson, culpa, curas, borrachos, mujeres alegres, médicos ateos y pelirrojas de bandera, perdón por la redundancia.

Los curas tomaron a los niños como botín de guerra por colaborar en la batalla contra los ingleses que medio les echó de la isla. Siguen saliendo a la luz sus tropelías, últimamente de la mano de Benjamin Black-John Banville, al que se homenajea expresamente en esta durísima película. En sus cien minutos se recorre una amplia galería de personajes, a veces retratados algo puerilmente, presididos por un cura bueno, al que una víctima de abusos le confiesa que le va a matar en una semana para que pague por todos los malos.

Muy buenos diálogos, farfullados en un inglés de piedra irlandesa, maravillosos paisajes a vista de dron y de tierra, música gaélica y brillante fotografía para ver un recital del actor principal y un cameo crepuscular de M. Emmer Walsh, aquel inolvidable detective de Sangre fácil, la ópera prima de los Coen.

Y por cierto, el perdón no existe. Es puro marketing de los curas.
alfonso


viernes, 27 de febrero de 2015

Fuerza mayor

Lord Jim con prole
 Dir. Ruben Östlund
 Act. Johannes Kuhnke, Lisa Loven, Vicent Wettergren...

 Suecia, 2014, 118 minutos
Lord Jim con prole
La leyenda afirma que Joseph Conrad escribió Lord Jim como expiación de un acto de cobardía propio cuando navegaba como contramaestre en un barco que llevaba musulmanes a La Meca, dejándolos abandonados en alta mar debido a una tormenta. Luego fueron rescatados por otro barco. Ese acto no le abandonaría jamás, como atestigua su obra, y trató de repararlo de varias formas, entre otras escribiendo Tifón.

Aquí el pater familias sale corriendo de un restaurante de alta montaña cuando sobre él se abate una avalancha, dejando a sus hijos y esposa en la mesa. No sin antes coger el Iphone.  Ese acto presidirá toda la estancia en esa estación de esquí, uno de esos engendros utilizados para urbanizar y rentabilizar la naturaleza de alta montaña. Cualquier día al bucear nos encontraremos un Benidorm en miniatura.

El eje sobre el que pivota la acción es la prole, los niños. El hombre, programado desde las cavernas para proteger a la familia, falla. Es "natural" que la madre se quede agazapada protegiéndolos... Pero, ¿que huya el macho protector? Entonces, ¿para qué sirve hoy en día que la mujer trabaja, gana dinero y es sexualmente libre?

Dirigida por un especialista en películas de esquí, tiene una espectacular fotografía de montaña, una música algo impostada y algunos trucos de prestidigitador de barraca de feria; y resuelva a la sueca, es decir, hablando y haciendo reflexionar.

Lo que es imperdonable es que el mono protector eche mano al Iphone antes de salir corriendo. Si hubiera sido un Samsung, le hubiera hecho el mismo caso que a sus hijos.
alfonso

martes, 24 de febrero de 2015

La pechuga de la sardina


Alma de Chejov, corazón de Arniches

Equipo Artístico: Manuel Canseco (Dirección), Paloma Canseco (Escenografía), José Miguel Ligero (Vestuario), Pedro Yagüe (Iluminación), Roberto Cerdá (Espacio Sonoro), Raquel Berini (Ayudante de dirección)

Act. Manuel Brun, Marta Calvó, Jesús Cisneros, Víctor Elías, María Garralón, Nuria Herrero, Marisol Membrillo, Cristina Palomo, Amparo Pamplona, Natalia Sánchez, Juan Carlos Talavera, Alejandra Torray.

Centro Dramático Nacional, Teatro Valle Inclán

Alma de Chejov, corazón de Arniches
Lauro Olmo fue un autor masacrado por la censura de su época, por las obras no estrenadas y por la tijera, y poco apreciado por la izquierda de la Transición que se rendía ante la profundidad de Buero, la rebeldía de Sastre y la sensibilidad de Martín Recuerda. Conviene recordar su obra y su memoria, aunque quizá coincidamos con que a sus textos le falta profundidad, aplomo y se le note más que a otros la autocensura, lo que no se dice porque no se puede pero tampoco se apunta, ni siquiera veladamente.

Tiene un magnífico oído para el habla de la época, pero falla algo en la calidad dramática de sus personajes. Algunos se le quedan cortos, alicaídos... y poco pueden hacer los actores con ellos. Y toda la trouppe está bien y a fe que da gusto ver doce personas en escena. Mejor la vis cómica que la dramática, a la que le falta engarce y recorrido en alguna escena; el tiempo los afinará. Se mueven con soltura en esa casa de cristal donde las mujeres se duelen de los hombres, de la terrible represión de los curas y sus marionetas obsesionados con el sexo ajeno, de un horizonte claustrofóbico. Claro, estamos en los albores de los XXV Años de Paz (de los cementerios), de la huelga minera de Asturias, -ese maravilloso borracho cantando con aires asturianos-, del fusilamiento de Julián Grimau, del Contubernio de Munich... Un tiempo atroz.

Preciosa puesta en escena, -qué suelos imitando los hidráulicos de la época-, vigorosa dirección y un punto de más en la iluminación en unos tiempos en que se ahorraba cada vatio.

Quizá hoy la crisis capitalista que arrasa un mundo ya sin oposición vuelva a rescatar el realismo social como vehículo de comunicación con las clases populares, para una izquierda que pena la miseria de su discurso "transversal", como un fantasma que ni recorre Europa ni estremece a nadie.
alfonso


miércoles, 18 de febrero de 2015

The imitation game

La manzana de Turing
 Dir. Morten Tyldum
Act. Benedict Cumberbatch, Keira Knightley, Mark Strong...


Reino Unido-EE.UU , 2014, 114 minutos
La manzana de Turing
Es una lástima que la película no incluya el suicidio de Turing mordiendo una manzana envenenada con cianuro al ser condenado por homosexual, para no hacer propaganda a Apple, cuyo famoso diseño de la manzana mordida multicolor era un homenaje de Jobs al padre de los ordenadores.

La historia es archiconocida, cómo Turing destripó la máquina Enigma de los cabeza cuadrada alemanes inventando el primer computador durante la II Guerra Mundial y cómo acabó en terapia hormonal para que los pervertidos del gobierno inglés de su Majestad se sintieran más seguros en su identidad sexual.

La criptografía, una ciencia fascinante y para mi arcana, puede hacer llegar a comprender incluso a los seres humanos, aunque para eso tenga todavía que avanzar mucho y llegar a la fase cuántica. Turing elaboró la prueba que lleva su nombre, el Test de Turing para discernir entre un ser humano y una máquina pensante. Aunque la realidad es más sencilla, la máquina es la única que piensa, siente e incluso se puede llegar a querer.

Muy bien actuada por Cumberbatch, componiendo un personaje que era judío, un genio de las matemáticas, un arrogante listillo de Cambridge, solitario y aislado, homosexual... y lo peor de todo, británico. Y todo eso sin sobreactuar. Buena música de Alexandre Desplat, el músico oficial de Malick, magnífica ambientación que recrea con esmero la sordidez inglesa de los 40' y muy agradable de ver y escuchar en versión original, claro.

Por supuesto Turing nunca usaría Whatsapp.
alfonso

viernes, 13 de febrero de 2015

La increíble librería menguante

De Ocho y medio a tres y cuarto

De Ocho y medio a Tres y Cuarto


Es pavoroso advertir cada viernes que bajo a los cines de la calle Martín de los Heros y ramoneo por la librería Ocho y Medio, especializada en cine, cómo los libros menguan y las mesitas para tomar café y otras bebidas se expanden hacia la caja y la puerta de salida. Incluso se ofrece ya menú del día, (por cierto, hoy escalibada, 10 euros).

Probablemente se deberá al acuerdo con el canal TCM para abrir café con su nombre y a su maléfica influencia televisiva.

Paradigma de los tiempos que corren en que los libros se ven arrinconados por mercancías menos nobles. Por cierto, el gin tonic de Seagrams a 9 euros 9, y no muy bien preparado. Sic transit gloria mundi.
alfonso

The signal

 Dir y guión: William y Carlyle Eubank
 Act. Laurence Fishburne, Brenton Thwaites,  Beau Knapp...



EE.UU. 2015, 97 minutos
Rara, rara, rara... y sin gracia
Una ensalada, mas bien un guiso indio masala, con toda clase de especies mal mezcladas y mal escogidas, pero que ilustra bien sobre la capacidad de los americanos para metabolizar películas. Aquí, Cube, El proyecto de la bruja de Blair, Twin Peaks, Dune, y muy cogida por los pelos 2001, una odisea del espacio.

Sí, es cierto, aquella tampoco se entendía, tal y como reconoció el escritor e inspirador, Arthur C. Clarke mientras Stanley Kubrick se lavaba las manos, pero a esta, aunque se llegue a entender, porque al final no oculta nada, hay que echarle imaginación para unir la señal del monolito cuando le da el sol con la señal de un hacker alienígena que acaba de hacer saltar los servidores del MIT y la habitación barroca en que Bowman se ve nacer y morir con el desierto de Arizona.

Buena fotografía y producción incluso para ser la película de un semidebutante, con música resultona a cargo de un grupo llamado Free Robots, y no sabemos si la frase es afirmativa o imperativa aunque nos sumaríamos gustosos a ella.

Peor que los seres humanos no lo pueden hacer.
alfonso

miércoles, 11 de febrero de 2015

Knight of cups, el trailer

Adelanto de la nueva película de Malick

Estrenada en la Berlinale en medio de la polémica, -menos mal-, criticada por unos, por incidir en la línea autista esbozada en El árbol de la vida, y alabada por una minoría entre la que seguro nos encontraremos, se estrenará en breve en Madrid.  Mientras un adelanto con el tráiler en HD.

viernes, 6 de febrero de 2015

Foxcatcher

El sparring
 Dir. Benett Miller
Act. Steve Farrel, Channing Tatum, Mark Ruffalo y Vanessa Redgrave...
El sparring
Siempre he defendido que los seres humanos deberíamos contar con un botón de volumen y de apagado. Aquí parece funcionar en esta sobresaliente película con su manera de contar y de administrar los silencios y los planos fijos. Plenamente americana, no explica los hechos, los narra, valiéndose, eso sí, de la puesta en escena, música, fotografía y trabajo actoral. Y unos guionistas que conocen su oficio en profundidad.

El cómico Steve Farrel, payaso habitual de la factoría Apatow (Virgen a los 40, Crazy Stupid Love...) cambia de registro para crear un personaje real, el multimillonario de la saga Du Pont, uno de los mayores conglomerados químicos del mundo. Retorcido, obsesivo compulsivo, desde su primera aparición anuncia inequivocamente la tragedia frente a un Channig Tatum que abandona también su papel en la vida real de modelo masculino. Finalmente, Mark Ruffalo, el hermano sparring, -y sé de lo que me hablo-, acaba pagando las consecuencias. Los tres, junto a la madre en el soberbio cameo de la Redgrave, colisionan inevitablemente dentro de la burbuja tóxica y asfixiante de la Granja Foxcatcher y su sueño americano.

Premio en Cannes al mejor director, Benet Miller parece especializado en personajes turbios, debutando con Truman Capote, genialmente interpretado por el añorado Phillip Seymour Hoffman. 
Y a fe que hace sus películas a sangre fría.
alfonso

viernes, 30 de enero de 2015

Nightcrawler

REporteros millennials
 Dir. Dan Gilroy

 Act. Jake Gyllenhaal, Rene Russo, Bill Paxton

EE.UU, 2014, 117 minutos
Reporteros millennials
La etiqueta o hastag de periodista está muy gastado y hoy en día se lo dan a cualquiera. A la señorita que se liga al portero de la selección de fútbol, o la que se apalanca al cuellicorto de Fernando Alonso o la que enseña la lencería durante las campanadas de fin de año. 

En el caso de ellos a los que sacan más basura violenta o más emociones ajenas teñidas de sangre. Que se lo pregunten a Moncho Alpuente que desenmascaró a un pretendido periodista que se hacía pasar por familiar de una víctima del accidente de Spanair en Barajas, donde sí había muerto la cuñada del inolvidable autor de Madrid me mata.

La película va de uno de estos últimos, un tipo que escanea la radio policial en las noches de Los Angeles para vender imágenes sangrientas de accidentes y homicidios, a ser posible de blancos a manos de minorías en barrios ricos. Por supuesto a la televisión. Pero parece que los guionistas se han pasado un poco. Se trata de un tipo sin escrúpulos y sin trabajo que recita constantemente frases de emprendedor americano hecho a sí mismo en Internet, con la verborrea de un libro de autoayuda escrito a medias por Paulo Coelho, Jodorowsky y Ramiro Calle. Una caricatura, vaya.

Por supuesto el director se apresura a declarar que no juzga a esos tipos que anteponen sus objetivos a los medios, predican el mismo discurso, -más falso que un máster venezolano en Fenomenología del Espíritu-, se mueren por salir en televisión a lucir coleta y encandilar ingenuos que votan y futuros sinvergüenzas que babean por un puesto de concejal. 

Como dice su frase favorita: No te lo puedes perder. Algunos sí podemos. Perdérnoslo, quiero decir.
alfonso

viernes, 23 de enero de 2015

71

Cine de zombies sin palomitas
 Dir. Yann Demange
 Act. Jack O'Conell, Sam Reid, Sean Harris....



Reino Unido, 2014, 99 minutos
Cine de zombies sin palomitas
Una de esas películas que puedes ver motivado o repantigado en la butaca. Sin casi banda de música, sólo un paisaje sonoro, sin apenas actuación, ni fotografía, ni exteriores, al menos no en la naturaleza, un thriller angosto, noctámbulo, en digital y con mucha cámara subjetiva y en primerísimo plano.

A un soldadito británico le dejan caer en el avispero de Belfast en 1971, en plena lucha del IRA contra el ejército de ocupación british, contra los asesinos del RUC, contra el IRA viejuno por parte de los Provisionales y contra las milicias unionistas, y queda en tierra de nadie tras un operativo. El novato esperaba ir a Berlín, pero acaba en territorio comanche, en una guerra que sólo los irlandeses se atrevieron a emprender hasta el fin y que aún no ha acabado.

Lo menos que se puede decir es que es honesta con todas las partes. Los soldados son una basura, los Lealistas unos asesinos, el IRA oficial una facción acabada y los Provisionales los que aguantan el tinglado y ponen los muertos. Lo mejor, las minifaldas; lo peor esa aureola de mártires que se llevaron los católicos que hizo que los curas irlandeses cometieran todas las tropelías que ahora están saliendo a la luz de la mano de Banville y otros autores, al margen de la épica. Cuando el humo se disipa se pueden distinguir las víctimas.
alfonso


viernes, 9 de enero de 2015

Birdman o la inesperada virtud de la ignorancia

De qué hablamos cuando hablamos del actor
 Dir. Alejandro G. Iñárritu
Act. Michael Keaton, Edward Norton, Zach Galifianakis, Naomi Watts...


EE.UU. 2014, 119 minutos
De qué hablamos cuando hablamos del actor
¿Qué es lo que hace que la criada andaluza graciosa de Médico de familia vuelva al escenario con el Verdugo de Berlanga? Sin duda algo más que el ego, volver a ser actriz en vez de famosa, recuperar peso escénico... Aunque luego se vuelvan a las andadas televisivas para seguir engordando la hucha.

El mexicano Iñárritu gana enteros al igual que Michael Keaton al desembarazarse el segundo del estúpido Batman y el primero del jesuítico y reaccionario Guillermo Arriaga, su anterior guionista -Amores perros, 21 gramos, Babel-, mago del efecto mariposa, capaz de contar las mayores y más abtrusas imbelicidades sensibleras sin que al espectador se le revuelva el estómago como al que suscribe.

Rueda una original parábola en un larguísimo plano secuencia -aunque algo trucado-, con unos movimientos de cámara elegantísimos al zurcirlos, y saca provecho de todo el elenco, de los siempre fascinantes recodos y recovecos de un teatro decrépito de Broadway y de muchos de los tics actorales que hacen tan magnética esa profesión, mientras destripa al etílico Raymond Carver en su faceta más cursi y enamoradiza.

Auténtico antídoto de los selfies, esa estúpida moda de hacerse  lo que antes se llamaban autorretratos, que ha hecho que los palitos para sujetar el móvil hayan sido el regalo más demandado de estas navidades, otra costumbre que debería estar prohibida en la Constitución.
alfonso




martes, 6 de enero de 2015

Mr. Turner

De la necesidad, virtud
 Dri. Mike Leigh
 Act. Timothy Spall, Marion Bailey,  Ruth Seen...

Reino Unidos, 2014, 150 minutos













De la necesidad, virtud
Biografía, biopic dicen ahora los entendidos, del pintor de la mar, el primer impresionista, que hizo de la luz tuberculosa de los mares y paisajes británicos todo un arte. Lo que equivaldría a que un epicúreo gastrónomo redescubriese la cocina de las islas, su fish & chips y sus empalagosas habichuelas con ketchup.

Biografía a todas luces excesiva, de trazo grueso, que nada en un mar de tics y muecas, de personajes grotescos reflejados en uno de los espejos del Callejón del Gato. Bien es cierto que el artista y su obra no son realidades paralelas y que suele abundar el exceso, y así, cuanto más excelsa la obra más pedestre o directamente abyecto el artista. Sin olvidar que el genio no suele refugiarse en espíritus pacatos, blandengues o anodinos. Pero conviene tener generosamente lejanas la obra y su autor.

A pesar del paisajismo rodada casi siempre en interiores, primorosamente cuidados aunque un pelín cargantes, al igual que la música y el ambiente cultista con el que se ha querido barnizar la película, que se recrea en una gran (sobre) actuación del ogro, aunque bien flanqueado por sus secundarios.

Fue mucho más emocionante ver la exposición en El Prado en 2010, y asomarse desde la cofa -convenientemente trincado al mástil-, a la tormenta de nieve que se abatía sobre el barco, y a buen seguro, sobre el alma pantagruélica de Mister Turner.
alfonso